"NO HAY UN CAMINO QUE LLEVE A LA PAZ, LA PAZ ES EL CAMINO" M. GANDHI
Trátate a ti mismo de la manera que quieres que te traten, no esperes que alguien te dé lo que tú no eres capaz de darte

martes, 6 de octubre de 2020

Todo está en la mente


imagen de un coche en la oscuridad
Autor: GTorres
https://pixabay.com/es/users/gtorres-229479/


Me desperté con energías renovadas, me sentía muy bien. Mi madre ya se había ido a trabajar, en la cocina me había dejado una nota deseándome un buen fin de semana.

Desayuné, y tras la ducha me vestí, y me disponía a coger la mochila cuando sonó el teléfono. No me gusto su ring y descolgué de mala gana. No eran buenas noticias, Raquel me avisaba de un imprevisto en el trabajo y de que le era imposible acompañarme. Lo entendí, incluso le quite importancia, aunque me sentía un tanto fastidiada por dentro. Tenía unos días de vacaciones y mi idea era empezarlas ese fin de semana en la casita de verano del pueblo.

Me quedé un rato pensando si suspendería o no mis planes, finalmente decidí que no. A mis 30 primaveras me consideraba lo suficientemente joven para comerme el mundo y lo suficientemente madura como para arreglármelas sola. Cogí el coche y puse rumbo a mi descanso en soledad, o más bien en completa libertad, tenía de nuevo el ánimo por las nubes.

El día transcurrió feliz, con baños de mar y paseos por la playa, el tiempo era espléndido. Tocaba regresar a mi casita de verano y decidí pasar por la tienda a coger una cerveza, de acompañamiento al sandwich que sería mi cena. Rebusqué con fastidio en la bolsa de playa, y nada, no había traído la cartera. Una vez confirmado, solo me quedaba echar a andar sin más por el paseo que une la playa con mi casa. Son solo 20 minutos, unos 2 km. pero esta vez se me hizo especialmente largo. 

Ya en casa, tras comer el sandwich, me volvieron las ganas de tomarme una cerveza fresquita y aunque me daba pereza volver al pueblo, me calcé y me puse en camino. Al llegar me di cuenta de que era bastante tarde y la tienda ya estaba cerrada, así que me acerqué al bar del camping, con su maravillosa terraza en la que pude localizar un sitio donde sentarme. Tengo la costumbre de llevar siempre conmigo un libro de bolsillo, así que tomando mi bebida, con los últimos rayos de sol del día, me enfrasqué en la lectura. Perdí la noción del tiempo, el libro era realmente interesante. De pronto, me di cuenta de que la luz había bajado muchísimo, estaba oscureciendo. Me incorporé de la silla y recogí  mis cosas rápidamente. La vuelta a casa era por un paseo bien iluminado con farolas cada pocos metros pero muy solitario, y la idea de hacerlo de noche, sola, me puso algo nerviosa.

La oscuridad se fue haciendo dueña de todo, y la acera, que discurría bordeada de preciosos árboles, me parecía desolada. Hasta en las ramas de esos bellos acompañantes había un aire tétrico que no sabría explicar. Con cierta sensación de opresión en el pecho avanzaba en total soledad con paso ligero, dispuesta a llegar a mi destino lo antes posible. Tenía un mal presagio, esa famosa intuición que a menudo nos atribuyen a las mujeres. Ya había hecho mas de tres cuartas partes del recorrido y empezaba a relajarme, cuando oí el ruido de un motor y me giré hacia atrás.

A lo lejos venía un coche. La compañía no me agrado precisamente, empecé a notar que mi corazón se aceleraba al  percibir que ese coche aminoraba su marcha al acercarse a mi. Pude ver, mientras me adelantaba de forma asombrosamente lenta, a un solo pasajero. No recuerdo bien la cara de ese conductor, pero sí el coche, era un modelo familiar, viejo y de color naranja como las bombonas de butano, ese detalle me quedo grabado en la mente. Y tras detenerse unos cuantos metros por delante de mi, observe aterrada como se apagaban sus luces.

Mi corazón empezó a latir a un ritmo frenético, ya había dejado de sentirlo en el pecho, me latía directamente en la boca, a la vez que tragaba saliva compulsivamente, en un intento desesperado de hacerlo descender antes de que se desbocase definitivamente.

Y en ese instante, con una angustia que no se puede explicar, llamé a mi ángel de la guarda, con el pensamiento. Mi abuela de pequeña me decía siempre que cuando tuviera algún problema lo llamase, que él acudiría en mi ayuda. No sabía como llamarlo, y aún así le invoqué:

--  Ángel protector, nunca te he llamado, porque nunca te he necesitado tanto, ven en mi ayuda, por favorrr.

Transcurrían los segundos, o minutos ¿quién sabe? el tiempo había dejado de existir. Mis pasos continuaban, uno tras otro, sin que yo diese ninguna orden, era como si mis piernas se moviesen por su cuenta. 

Llegue a la altura del coche y lo sobrepase, siempre mirando al frente, mi cuerpo estaba como robotizado, en mi interior yo temblaba como una hoja, pero mi cuerpo avanzaba decidido, como si siguiera un programa. Cuando estaba ya casi preparada para lo peor, sentí el ruido del coche que se ponía de nuevo en marcha. Recuerdo que me pareció oírlo como muy lejano, pero al momento note que algo me adelantaba y pude ver como el coche naranja se alejaba ganando velocidad rápidamente. 

El resto del trecho que me quedaba a casa lo hice como entre tinieblas, en un estado zombi total. Cuando cerré y aseguré la puerta de mi casa, sentía que las piernas me temblaban y las fuerzas me abandonaban, como pude me serví un vaso de leche que ni me molesté en calentar, me lo bebí, y me fui a la habitación para dejarme caer sobre la cama. En un último esfuerzo me desvestí y me puse el pijama, y ya acostada cerré los ojos. Me dormí casi al instante.

Esa noche soñé con mi abuela, que una vez más se metía en la cama conmigo tras una pesadilla, y me tranquilizaba, y me decía que no me preocupase, que si algún día ella no estaba, mi ángel de la guarda me acompañaría.

Y soñé también con un hombre muy alto y corpulento, de pie, frente a mi, mirándome. En un primer momento me entró desazón, pero entonces habló, y su voz era tan paternal que me calmé por completo. Me dijo que era mi ángel de la guarda, y me lo creí. Le di las gracias por haberme ayudado en esa carretera desierta, y le pregunté qué había hecho para que el coche arrancase y se fuese sin más.

-- Soplé en la nuca del conductor, y no le gustó, me respondió.

Me quedé atónita con su contestación. Pero pensé que tenía sentido, igual le provocó miedo, dudas... Alguna sensación desagradable... Le aseguré que había aprendido la lección, que ya no volvería a meterme  nunca más en semejantes atolladeros. Él se río, de forma contundente como era toda su persona, pero con una risa franca, casi cómplice. Entonces se acercó, poniendo su mano sobre mi hombro justo antes de desvanecerse.

Oí el ruido de las olas del mar al deshacerse en la orilla y tuve la impresión de que estaba en la playa. La claridad era inmensa, casi cegadora, mis ojos parpadeaban y aprecié una ventana, y un armario, me encontraba en mi habitación, incorporada sobre la cama. Estaba despierta y la luz del sol entraba a raudales porque se me había olvidado bajar la persiana.

Creo que nunca he pasado tanto miedo como esa noche. Necesitaba una lección, y vaya si la aprendí. La prudencia es algo que debería de ser innato, pero si no eres capaz de desarrollarla, el miedo se encarga de hacerte consciente de ella. En esa ocasión asimile una lección de vida que no olvidaré jamás.

Todavía hoy me pregunto si existirá el ángel de la guarda, suena tan infantil. Y resulta extraño que un adulto se lo plantee. Pero si existiera, creo que he tenido el placer de conocerle.



*** Esta entrada la hice como reto de octubre de Ginebra Blonde ***




30 comentarios:

  1. Muy buen relato. Cuando lo lees de corrido sin importar lo extenso habla bien de él.

    Podría existir, por qué no. Saludos

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  2. Cuando leí la entrada de Ginebra sobre el miedo, automáticamente me vino a la cabeza la experiencia más terrorífica que he vivido, un coche que apareció de la nada y me hizo pasar el momento más angustioso de vida.
    Hacer este relato ha sido liberador, lo adorné mucho pero básicamente es lo que me sucedió, y afortunadamente el coche arrancó y se fue.
    Pero en sueños, esa misma noche, "algo" me dijo que había soplado en la nuca del conductor para que se marchase, y de ahí que añadiera un personaje más a la historia "mi ángel de la guarda". Es posible que exista ¿por qué no?. Nunca sabré porque el conductor decidió irse, pero de todas las teorías posibles, me he quedado con la paranormal, aunque sea bastante insólita.
    ¡Un abrazo JLO!

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  3. Es una mala experiencia sin duda y lo más lamelable es que una mujer, cualquier persona en realidad, deba sentir miedo a una agresión por encontrarse sola en un camino, en un paraje, incluso en la calle de una ciudad. La verdad es que el relato se sigue con interés hasta el final.
    Un abrazo.

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    1. Lo natural sería, supongo, no dejarse arrastrar por ese miedo irracional a lo desconocido, pero la difusión de casos espantosos de mujeres atacadas en sitios solitarios pesa más que cualquier razonamiento y lo único que se te ocurre es pedir ayuda ¿pero a quien? yo me refugié en las palabras de mi abuela y pedí ayuda al cielo, fue lo único que se me ocurrió. Sería mejor poder confiar en las personas de carne y hueso, pero es lo que hay.
      Me alegro de que te haya resultado interesante, como siempre me alegra compartir, y detrás suele haber un lado terapéutico propio en lo que escribo.

      ¡Un abrazo Pitt!

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  4. Un buen relato, sí señora.
    Un abrazo.

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    1. Emotivo, soy así. El día que pierda esa emotividad, malo.
      ¡Un abrazo Alfred!

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  5. Muy buen relato, Ana. Un ejemplo perfecto de que, a veces, debemos escuchar al miedo de manera preventiva. Tener precaución no es cobardía, más bien al contrario, es signo de inteligencia. Un difícil y angustioso momento que, por desgracia, se repite casi a diario; esa constante sospecha cuando caminamos por un lugar solitario y notamos pasos cerca, o un coche que se aproxima... Lamentablemente nuestra libertad se ve coartada por ese mido generado, esta vez, por algo real, algo que, tristemente, está sucediendo, por lo que, ante estos miedos, solo nos queda prevención.

    Muchísimas gracias por tu magnífica aportación, querida amiga.
    Un placer que te hayas unido a la propuesta.

    Abrazo grande, y muy feliz día 💙

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    1. Por cierto, tengo que decirte que comparto eso de invocarte a algo o alguien en situaciones difíciles, en mi caso, y también a través de las costumbres de mi abuela, a San Judas Tadeo. Y doy fe que, bien por mí o por él, pero me ha sacado de muchas 😉

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  6. Dudé en escribir para este reto, porque tenía claro que si lo hacía me iba a meter en algo muy personal. Finalmente lo hice y no me arrepiento, es más te agradezco la oportunidad de revisar esta experiencia.
    La prudencia es muy importante sin duda, en su justa medida, no se puede vivir atemorizado/a constantemente pero tampoco en la imprudencia. El miedo te puede dar perspectiva, creo que nada es totalmente bueno ni totalmente malo.
    Suceden cosas espantosas en este mundo loco y queramos o no su influencia se deja sentir. En este caso quedó en un buen susto y un aprendizaje vital. Te agradezco el cumplido, para mi también ha sido un placer.
    Invocamos al cielo cuando nos vemos entre la espada y la pared, y también he decir que en más de una ocasión con resultados sorprendentes. Si somos nosotros mismos o es otra cosa, es un misterio.

    ¡Un abrazo Ginebra, buen día!

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  7. Leído, Ana. Entiendo la situación y tu orgullo por haberlo compartido. Un abrazo.

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  8. Mas que orgullo es liberación. Este susto tan grande sólo se lo conté a una amiga muy querida. Mi familia no lo sabe, lo enterré. Aprendí que tenía que ser más previsora y ahí quedo. Fue al ponerlo por escrito y además publicarlo cuando me di cuenta de que me acababa de quitar un buen lastre de encima.
    ¡Un abrazo Joselu!

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  9. He estado con el corazón en un puño has el final. menos mal que , por suerte, no ocurrió nada. Si me llega a pasar a mí me hubiera muerto de miedo, aunque como soy tan miedosa no creo que me hubiera aventurado a ir sola por la noche por esos lugares.
    Un abrazo

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  10. Hacemos a veces unas cosas, que cuando te paras a pensarlo en frío, cuesta creerlo. Me salió muy intenso el relato, sí, y además me vino de perlas soltarlo.
    ¡Un abrazo Rita!

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  11. Los ángeles siempre nos envían señales...
    Un gusto descubrir tu espacio Ana.
    Feliz comienzo de Octubre.

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    1. Lo del sueño con ese ángel fue bastante extraño y en mi fuero interno a veces pienso que fui ayudada por él. Se da mucha visibilidad a lo desconocido maligno pero es raro que se trate el tema de lo desconocido benévolo, a mi en vez de una señal, me cogió en brazos antes de que me llevase por delante el dichoso coche, jaja. Hay que ver que bien sienta reírse de los fantasmas del pasado.
      Me alegro de que te haya gustado pasarte por aquí. Te deseo igualmente un feliz comienzo de mes.
      ¡Un abrazo Adriana!

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  12. Un magnífico relato, y sobre el ángel de la guarda también creo en él si la ocasión lo requiere. Un abrazo

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    1. Pues yo estoy haciendo apología del ángel de la guarda como si no hubiese mañana, ji,ji.ji. El relato salió bien porque sólo tuve que poner palabras a un recuerdo, por cierto más vívido de lo que imaginaba.
      ¡Un abrazo Emilia!

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    2. Gracias Ana, también te deseo un lindo fin de semana

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  13. Hola Ana, tu relato me atrapo de principio a fin. Una vez me sucedió algo similar y ciertamente se siente un terror que te paraliza. Yo sí creo en que cada persona tiene su ángel de la guarda y que siempre acudirá a nuestro llamado, tal como te sucedió a ti o a mí. Agradezco que hayas querido compartir tu experiencia ya que de todas maneras es una lección en estos tiempos que corren donde lamentablemente nos vemos tan desprotegidas y por eso tenemos que tomar siempre los resguardos y también enseñar a nuestras hijas(os) acerca de lo que sucede, sin atemorizarlos, pero si hablarlo. Besitos y buenas noches.

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    1. Siento que hayas tenido que pasar por una experiencia parecida. Ayer por primera vez pude hacer un chiste de lo sucedido, pero es una situación que te quita seguridad y daña tu confianza, en ti y en la vida. Siento una enorme compasión por las personas que han sido atacadas sin posibilidad de defenderse. Somos capaces de superar muchas cosas en la vida pero imagino que según el daño así serán las consecuencias.
      Tienes razón en que en estos tiempos, cuando nuestra sensación de seguridad se ha desplomado, podemos agarrarnos a experiencias pasadas, o a lo que sea, para no sentirnos tan desprotegidos, y explicar a nuestros hijos que el miedo bloquea pero es a la vez un impulsor de nuevos caminos, y puede ayudar a sacar de donde sea lo mejor de nosotros.
      ¡Un abrazo muy grande, muchos besitos!

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    2. Quería añadir que también creo en ese ángel protector, no sé si es algo exterior a nosotros o si nosotros lo creamos y en el fondo somos nosotros mismos, es complicado atar cabos en algo así. Pero en todo caso lo puedes invocar y te ayuda. Yo he acudido a él unas cuentas veces después de esa noche y contra todo pronóstico lo que me amenazaba se disolvió, se que suena a cuento chino pero a mi me ha pasado, varias veces.
      ¡Un gran abrazo!

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  14. Ana! Impressionante o teu relato! Uma situação muy tensa, que certamente não olvidarás!
    Quem sabe teu Anjo da Guarda estava mirando tudo!...
    Um brande abraço!

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  15. Sera difícil de olvidar, si. Pero fue solo un susto, por suerte, o tal vez con ayuda, nunca se sabe.
    ¡Un gran abrazo para ti también!

    Vai ser difícil esquecer, sim. Mas foi só um susto, felizmente, ou talvez com ajuda, nunca se sabe.
    Um grande abraço pra você também!

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  16. Angael de la guarda
    dulce compañia
    no me dejes nunca
    ni de noche ,ni de dia
    Hasta que descanse en los brazos de jesus jose y maría

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  17. Gracias Mucha. Bonita oración, me trae a la memoria dulces recuerdos.
    ¡Un besito!

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  18. Qué bien relatas, Ana, se mete uno enseguida en situación y se lee rápido. Tu relato me hace recordar alguna ocasión en la que se me ha despertado también el miedo en situación parecida... Y además también mi abuela me ha salvado de alguna manera, aunque yo simplemente me he puesto a pensar en ella sin más... he pensado "abuelita, por favor cuídame, que no pase nada..." y ha funcionado... Buenísima aportación, me ha encantado, mi enhorabuena. Besos mil

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  19. Muchas gracias. Me alegra que comentes que también te ha funcionado esa protección, pensé que era algo poco corriente pero veo que ya somos cuatro las que lo hemos probado en situaciones difíciles y con buen resultado. No sé, me da esperanza en que haya algo bueno que nos cuida, en este mundo que a veces es tan bárbaro.
    ¡Un abrazo y muchos besitos!

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  20. Me gusta como escribes y lo que leo de ti entrelineas lo que creas con tu mente lo que dices en palabras
    eres hermosa un abrazo inmenso

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  21. Gracias, la mayoría de lo que digo son cosas que he vivido, y a base de porrazos te vas dando cuenta de que lo que realmente importa, que además de arrugas y canas el tiempo nos da experiencia, y aunque repetimos errores a veces, somos así, acabas comprendiendo.

    ¡Un gran abrazo bella!

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