"NO HAY UN CAMINO QUE LLEVE A LA PAZ, LA PAZ ES EL CAMINO" M. GANDHI
Trátate a ti mismo de la manera que quieres que te traten, no esperes que alguien te dé lo que tú no eres capaz de darte

domingo, 25 de octubre de 2020

¿Hasta que punto nos importa el que dirán?


Uno de los males con los que lidiamos a menudo es el de sufrir por la opinión ajena. Somos aquello que pensamos y podemos ser juzgados pero ¿debe ese juicio condicionar nuestra vida si actuamos de acuerdo con nuestras ideas?. 

Quien no te acepta, de alguna manera se resiente y te lo hace ver para que reacciones, poniéndote en la tesitura de seguirle el juego o ignorarlo sin más. De niños, a muchos nos acostumbraron a tener en cuenta la opinión de los demás por encima de la nuestra, y dejamos de hacer cosas que nos parecían naturales y nos amoldamos a otras que no tenían sentido para nosotros, porque confiábamos en quienes nos lo inculcaban, nuestros bien intencionados padres, que escucharon algo parecido de los suyos.  

Es un fastidio vivir con ese sentimiento incómodo del que dirán, y he decidido dar un buen portazo a esa esclavitud. Me he convencido de que acomodarme a lo que se espera de mi, cuando por dentro lo rechazo, es perder mi valía, hacerme de menos. 

Por otra parte, este mundo está lleno de exigencias y no es fácil decir "no" cuanto se espera que digas "si". A mi me cuesta mucho negarme a hacer algo que entiendo que no me corresponde, el hecho de que me lo pidan ya me hace dudar, pero en el fondo sé que tengo ese derecho a negarme, si así lo siento. 

Siempre hay formas de endulzar una negativa y en eso llevo años cogiendo tablas. Como me cuesta tanto decir "no" a la primera, suelo empezar diciendo "me lo pensaré" aún sabiendo que no lo voy a hacer, me tomo un tiempo para elegir las palabras más suaves pero contundentes para justificarme. Pero ¿por qué tengo que justificarme? soy lo que soy, no lo que los demás esperan de mi, y aunque no es agradable quedar por debajo de las expectativas de otros, creo que es peor ningunearme para quedar bien.

Somos controlados de muchas maneras, y no niego que se necesita cierto control para que las cosas funcionen, pero en mi esfera personal no me gusta ceder el control de mi vida a los demás, y sin embargo lo he hecho tantas veces... . Ceder y respetar se parecen pero no son lo mismo. Y hasta en el respeto, entendido como consideración hacia alguien o algo, hay una verdad muy clara, comienza por uno mismo, algo fundamental para saber respetar a los demás.

Me he dado cuenta de que a menudo cargo con una mochila muy pesada, porque meto demasiadsas cosas que considero imprescindibles, algunas heredadas de generaciones atrás. Pero creo que no esta de más revisar esa mochila y sacar peso inútil. 


34 comentarios:

  1. Hola Ana, la verdad es un gran problema, más si te lo hacen desde niños deja una marca muy importante hasta la adultes, y encima ya siendo grande tenemos que seguir aguantando cosa de la sociedad, a mi me importa muy poco lo que me dirán por algo soy gótica, pero eso no significa que algunas opiniones o actitudes no me molesten o afecten.

    Un beso linda desde Plegarias en la Noche.

    ResponderEliminar
  2. Me encanta tu sinceridad, el que dirán nos afecta a todos, y bastante, pero tienes que vivir según lo que tú sientes, o intentarlo al menos.

    Un besito Tiffany, gracias por pasarte.

    ResponderEliminar
  3. No sé hoy día, pero en mis tiempos infantiles y juveniles lo del qué dirán pesaba lo suyo. En cuántas represiones, inhibiciones, cortes, dejadeces y abandonos no habremos incurrido por mor de aquel lema. Pero siempre había quien se saltaba el complejo y, por ejemplo, se lanzaba a una moda de los 60 aunque le señalaran, a romper los esquemas de casa, a dejar de participar en las obligadas historias eclesiásticas, a saltar frente al régimen opresor...Las familias lo pasaban muy mal si eran muy tradicionales. Tener un garbanzo negro en la familia era duro, y si encima era mujer ni te cuento. Pero a base de saltarse los prejuicios -el qué dirán sintetizaba cualquier clase de ellos- muchos fuimos rompiendo moldes de una sociedad encorsetada, enclenque mentalmente, represiva por excelencia, prejuiciosa y dada a los falsos testimonios y al descrédito de quien se saliera del tiesto.


    Pones el ejemplo de la mochila, yo elegiría el del globo aerostático: echar lastre para poder recorrer mejor los cielos. Eso en otra época. Ahora hay muchas cosas que me traen al pairo y me preocupa muy poco lo que piense el vecino o el familiar de cualquier conducta que él considere anómala de mi parte. Pues no faltaría más.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo creo que hoy día no han cambiado demasiado las cosas, solo nos queda intentar que las generaciones que vienen tras nosotros tengan el suficiente ojo crítico para no dejarse atrapar.

      Cómo me gusta lo del globo aerostático, mucho mejor que la mochila que en sí ya supone una carga.

      Un abrazo Fackel, gracias por tu apreciación.

      Eliminar
  4. Hola Ana , que lindo post nos traes. De alguna manera todos estamos condicionados en mayor o menor grado, por ese "que dirán o qué pensaran", y la vida con las sucesivas experiencias nos va enseñando que es mucho mas saludable vivir de acuerdo a nuestras propias reglas, intereses, pensamientos y rodearnos de personas que sientan la vida de maneras similares a nosotros, al mismo tiempo que ir tomando distancia de personas y situaciones toxicas. Viajar liviano, con escaso equipaje , siento que es una forma muy accesible a la felicidad, porque uno carga sólo, lo que verdaderamente importa, lo que es imprescindible para nuestra vida, y otra cosa importante ( obvio que todo esto es una opinión personal), es ir aprendiendo que es imposible agradar a todo el mundo, porque eso si que desgasta mucho y nos impide ir por los caminos correctos. Te dejo un fuerte abrazo en este día domingo y siempre es bueno llegar a tus letras !

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué cierto es lo que comentas, que la mejor opción para no dejarse atrapar por situaciones incómodas es, en lo posible, mantener cierta distancia con las personas que te quieren imponer su forma de vida. Lo de que no se puede agradar a todo el mundo es una realidad, y hay una gran variedad de formas de ver la vida que te aportan, y es suficiente.

      Muchas gracias por tus palabras, ¡un beso y un gran abrazo!

      Eliminar
  5. Desde luego te doy la razón. hay que aligerar la mochila de cosas inservibles. Y en cuanto el qué dirán creo que a todos nos importa más de lo que admitimos.Muy buena entrada, Ana.
    Besitos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuesta bastante deshacerse de esas mochilas que llevamos encima desde hace muchísimo tiempo, pero el primer paso es darse cuenta de lo que hay y luego todo se andará.

      Un besito y un abrazo Rita.

      Eliminar
  6. El tema es muy amplio y poliédrico. Claro que nos importa el qué dirán. A todo el mundo le agrada una opinión favorable en un blog -como son la mayoría- antes que una opinión desvaforable y negativa. Ha habido blogueros que me han tachado de su lista por hacer un comentario crítico. La gente quiere opiniones asertivas y lo sabemos y lo hacemos. Mira los comentarios en tu blog y en la mayoría. En las redes sociales se impone el signo del like de modo que una página se prestigia por el número de likes que tiene. Y se produce un intercambio de likes entre los usuarios. Instagram y Facebook y Twitter no incluyen el no like entre sus posibilidades porque serían contrario a la filosofía de dichas redes que deben ser positivas. Los usuarios se sentirían apesadumbrados o peor si hubiera muchos don't like. Nos gusta gustar, incluso al más reacio a los elogios le agrada recibir una opinión positiva y agradable. Para eso están los premios y la gente se pirra por los premios de todo tipo. Hay miles en España. Gusta una palmada en la espalda que nos diga que muy bien, en la escuela lo sabemos y se impone una filosofía que destaque lo positivo en lugar de lo negativo. Yo era profesor que hace muchos años escribía en rojo comentarios muy críticos ante los malos trabajos de mis alumnos, era hasta sarcástico. Con las nuevas leyes educativas aprendí a mitigar y cambiar mis apreciaciones por otros enfoques constructivos y positivos. Y recuerdo mis comentarios durísimos como algo de otra época. Claro que nos importa la opinión de los demás y el diga que no, miente o se engaña. Saludos, Ana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nos importa y nos condiciona mucho, pero tenemos que intentar vivir de acuerdo con nuestra forma de ser.
      Un saludo Joselu.

      Eliminar
  7. Nos importa demasiado, sí, incluso paradójicamente, la opinión de quien no nos importa. Que es el colmo.
    Lo único que podemos hacer, en mi opinión, es algo que a muchos les resulta triste o enfermizo: refugiarnos en la misantropía.
    No siempre lo consigo pero prefiero ignorar a mostrarme maleducado, otra cosa es responder a la ofensa, en ese caso hago mío el lema de Escocia: "Nemo me impune lacessit" (Nadie me ofende impunemente).

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nos importan los juicios de los demás porque no somos de piedra, e ignorar para no caer en la mala educación, creo que es la mejor opción. Pienso que la ofensa es algo muy personal y yo me aplico el dicho "no ofende el que quiere sino el que puede" e intento ser lo menos susceptible posible a las ofensas, aunque no siempre lo consigo, a sabiendas de que al final me desazono y luego tengo que hacer las paces conmigo misma.

      Un abrazo Pitt, buen comienzo de semana.

      Eliminar
  8. Para los que ya tenemos una cierta edad, el concepto del que dirán, era una ley. El acto de rebeldía era pasar de ello.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues creo que es un acto de rebeldía muy sano. Un abrazo y buen comienzo de semana Alfred.

      Eliminar
  9. Hola Ana, muchas gracias por tu comentario, es que últimamente ando algo liada para atender el blog. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra mucho saber de ti, ya me extrañaba no verte escribir ni en tu blog, ni en otra parte.
      Te mando un gran abrazo.

      Eliminar
  10. Un razonamiento bien planteado. Efectivamente no es lo mismo ceder que hacerse respetar y están los abusos, las manipulaciones... hay gente experta en ello, y todo se complica... "Me lo pensaré" "se irá viendo" "puede ser..." son armas necesarias para ir construyendo un amable seto y no dejarse vapulear...

    Ana, que tengas buena semana, besos mil

    ResponderEliminar
  11. Qué gracia lo del seto, nunca se me había ocurrido verlo así. Yo he construido muchos setos, jaja pero empiezo a cansarme, que entre seto y seto siempre se cuela alguno de esos favores que son un abuso. Así que ya tengo claro que me voy a negar a hacer aquello que sé que es responsabilidad de otra persona en cuanto lo vea venir. Bueno, lo voy a intentar, por algo se empieza.

    ¡Un besito y buena semana!

    ResponderEliminar
  12. Has mencionado algo verdaderamente importante y que, muchas veces, pasamos por alto porque, sencillamente, lo hemos normalizado. Me refiero a no saber decir “no”. Reconozco que a mí me costó tiempo y disgustos lograrlo, precisamente, porque pensaba más en los demás que en mí misma. Naturalmente, se acabó; pronuncio esa negación las veces que hagan falta. Eso me costó más que obviar lo que dijeran de mí. También es cierto que lo aprendí a hacer desde muy niña; era la “rara”, porque decidí aislarme de un mundo que me había golpeado fuerte y al que llegué a odiar con todas mis fuerzas. Aprendí a superarlo por mis propios medios, sin importarme lo que la gente pensase de mí. Así que, a día de hoy, sigo haciendo lo que quiero o siendo como quiero, a pesar de que guste o no a los demás, entre muchas de esas críticas que, seguro caerán de vez en cuando y que no me importan en absoluto.
    Está claro, y sería mentir decir lo contrario, que en cierto modo nos condiciona cuando alguien nos juzga o intenta hacernos daño de alguna manera, pero siempre se puede responder, además de con educación, con esa bendita indiferencia que hace mucho más que entrar al trapo. Y, a pesar de eso, tampoco me afecta demasiado; mi vida es muy importante para ir perdiéndola con quien no merece ni mi tiempo ni mi atención.
    Creo que uno no puede ser feliz si basa su vida y sus actos teniendo siempre presente lo que opinen los demás…

    Buen tema has planteado hoy, querida amiga.
    Un placer leerte y haber participado…

    Abrazo grande, y muy feliz semana 💙

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es cierto que saber decir "no" debería ser lo habitual y no ese pasar por el aro sin querer hacerlo para añadir más malestar a la lista de frustraciones que se nos presentan a menudo. Una de ellas, precisamente la que comentas, sentirte "rara" por tener ideas propias, como si fuese algo antinatural.
      Hay que ver como nos complicamos la vida, pero como dices, bendita indiferencia, que el estar bien con una misma no tiene precio.
      Me alegro de que te guste y te agradezco tu aportación a este tema de dejar que los demás nos condicionen la vida.

      Un gran abrazo amiga, ya tengo ganas de saber que reto plantearás para noviembre, y ya queda poco.

      Eliminar
  13. Creo que la edad te va haciendo más libre. Quizá sea la madurez mejor dicho.

    Las cosas divertidas y placenteras que no hubiese hecho si hacía caso a los demás ja. Saludos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La edad ayuda mucho, vas pasando etapas y aprovechando lo que te sirve. Habernos saltado el que dirán en más de una ocasión, nos ha dado experiencias increíbles, esa sensación de libertad a la que nunca deberíamos renunciar.

      ¡Un abrazo JLO!

      Eliminar
  14. El que dirán siempre nos
    interesa por mas que digamos
    que no y eso seguirá siendo
    así, mejor sigue tus impulsos
    mi amiga.

    Besitos dulces
    Siby

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así lo veo yo también, no se trata de rebeldía, ni de querer cambiar nada, intentar ser una misma y dejar que cada uno piense como quiera, que lo importante es el pensamiento propio.

      Un besito, te deseo un feliz día.

      Eliminar
  15. Muy buenas, hay cosas interesantes que comentas. Lo primero, y es importantísimo, es eso que comentas de que enseñaron a darle más valor a la opinión del otro. Eso es un fallo enorme, porque se sale del equilibrio. Mientras unos padres educaban a sus hijos así, otros padres lo hacían al revés, y algunos de sus hijos se convertían en líderes mientras el resto los seguía.

    Un no es lo contrario de un sí, simplemente. Creo que tenemos que valorar si lo que se nos ofrece es de nuestro agrado olvidándonos de las disculpas. Entiendo que cuando alguien dice sí o no, tendrá sus razones y si el otro no las entiende, tendrá un problema que no nos corresponde a nosotros.

    El "me lo pensaré" es un no en diferido, crea incomodidad al emisor y al receptor, o crea esperanza que ya nace muerta.

    Bah, es una opinión más. Un saludo.

    ResponderEliminar
  16. A mí me parece un error educar para ser líder, solo si alguien posee esa cualidad lo natural es que la desarrolle y para eso estamos los padres. El otro extremo, como comentas, tampoco es mejor, la idea de ser servicial no es mala pero se tuerce si te pones siempre por detrás de los demás.

    Me ha llamado mucho la atención esa realidad que apuntas sobre La coletilla "me lo pensaré" que al final es crear una falsa expectativa. Pero el caso es que cuando no sabes negarte, probablemente porque a todo el mundo siempre le ha parecido bien que dijeses si a todo, esa coletilla supone un balón de oxígeno. Tendría que ser temporal, pero como ya consigues un cierto respiro es fácil conformarse y no ir directamente a un no razonado.

    Gracias por tu aportación, un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sé si te he escrito y se ha borrado o qué

      Eliminar
    2. Ok, a algo le di que se borró. Te decía que la palabra mágica para todo (incluida la educación) es el equilibrio. Si alguien tiene una razón tiene que ir a saco con ella.

      También te decía que me pensaré un día una pregunta para que me respondas "NO" ;-)

      Un abrazo.

      Eliminar
    3. El equilibrio es la palabra mágica, sin duda. Estoy practicando con el "no" últimamente y no me va mal, pero sospecho que me va lo vas a poner difícil, jajaja.

      Un abrazo Sbm.

      Eliminar
  17. Hola Ana, me parece muy interesante tu entrada, pues tocas varios temas que dan para comentar. Yo también he ido aprendiendo a decir "NO" y me ha ido bastante bien. Me he dado cuenta que el mundo sigue girando si me niego de buena forma a hacer algo que no quiero hacer. Antes cometía el error de no delegar en otros ciertas responsabilidades por querer hacerlo todo yo y no me daba cuenta del desgaste que eso conlleva. ¡Nunca dejamos de aprender! Y que bueno es compartir experiencias de ello. Te dejo un abrazo enorme! Gracias por tus palabras en mi blog.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ups! He publicado con mi otro yo jajaja

      Eliminar
    2. Es probable que tengamos algo en común (los que nos cuesta negarnos a hacer algo que sabemos que no nos corresponde) un torrente de energía y esa extraña idea de que podemos con todo. Me siento muy identificada con lo que has escrito.

      Te mando un gran abrazo, y me gusta leerte y por supuesto comentar.

      Eliminar
  18. Ana, tuas palavras merecem uma reflexão face ao ritmo intenso em qua vivemos! Tudo caminha muito depressa, os valores da sociedade atual mudaram significativamente e muitas vezes temos incerteza nas opções que devemos tomar. Eu entendo que devemos, com sensatez, seguir o que nos diz o coração! Ele raramente se engana!
    Gostei muito do teu relato!

    Un abrazo!
    A.S.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pienso lo mismo, que tenemos que hacer caso a nuestro corazón, porque si no le hacemos caso es complicado que podamos ser felices.

      ¡Un abrazo Albino!

      Eliminar