Buscando información sobre A. de Mello llegué al blog Krisis (batalloso.com) y lo primero que me encontré fue esa idea del "despertar" sobre la que algunos hablan, incluso yo misma hice una entrada que llamé "despertando" hace tiempo. Batalloso se remonta a Calderón de la Barca y recordando "la vida es sueño y los sueños, sueños son" se pregunta si será verdad que estamos dormidos, contaminados y atribulados por los acontecimientos que vivimos... y si nos falta libertad por estar encadenados a lo que los demás esperan, exigen y deciden por nosotros.
Hace unos años yo también me hice esas preguntas y tomé la decisión de que no sufriría, ni me contaminaría más con aquellos acontecimientos que no puedo cambiar, concentraría mi esfuerzo en mejorar mi vida y la de aquellos que me rodean, que eso podía hacerlo. Por otra parte, he sido sumisa al qué dirán y me he negado y perjudicado en favor de otros durante muchos años, e igualmente decidí cambiar la historia y empecé a dejar de hacer lo que creía que no me correspondía o sabía perfectamente que me perjudicaba, a pensar por mi misma y a expresarme con sinceridad de la mejor forma que soy capaz. Dar respuesta a estas preguntas, me valió para hacerme con las riendas de mi vida, sentir mucho amor por mi y por lo que me rodea, y sobre todo mucha paz. ¿Significa eso que he despertado? pues no lo sé, la verdad. Lo único de lo que estoy segura es que cuando decidí darme a valer frente al exterior y ser coherente en lo que pienso, digo y hago, no hubo vuelta atrás. Unido al hecho de no interferir (en lo posible) en las situaciones y personas con las que convivo a diario, y practicar el desapego para que nada me robe la paz, hoy por hoy puedo decir que mi vida es mucho mejor de lo que era hace unos años.
Para Batalloso "el despertar" es ser más consciente y por tanto, estar más atento sin dejarse atrapar por los ruidos y pensamientos tóxicos procedentes tanto del exterior como de nuestro interior. Considera que no es un estado especial de iluminación o de gracia que te distinga o te sitúe por encima, o al margen de la realidad, ni una creencia ciega de algo que has oído o leído, es ser uno mismo, tan sencillo que precisamente por eso no reparamos en ello. A mi me parece que atina bastante al explicar esa idea de parar el sufrimiento que nos ocasionamos a nosotros mismos y a los demás sin darnos cuenta, empeñados en seguir el camino que marcan otros, en vez de hacer lo que consideramos más natural.
Me pregunto si es una rareza de la edad como dice Batalloso plantearse si estoy despierta o dormida, o mas bien una necesidad para salir adelante en estos tiempos tan raros.
Vivimos un momento histórico en el que ha quedado bien visible la fragilidad del ser humano en los momentos inciertos (enfermedad, guerra, empobrecimiento...) paradójicamente, el resto de la creación no sufre esos males, o al menos no con tanta intensidad como la humanidad.
En el citado blog encontré una poesía de Concepción Ojeda Córcoles que me conmovió:
Me abandonaré
a la locura, locura
de noches septentrionales
nadando
en los oscuros mares
desiertos.
El mundo agoniza
en dolor
las estancias cambian
cómo espejismos
de un tiempo.
Erosionada
en su éter vivificante
la tierra purifica
en ara transformada
de la Hora.
Los hombres moran
y mueren en su piel
mecidos en la dualidad
del bien y del mal
absortos en una separación
ficticia
viven una pesadilla.
A diario
el ángel del jardín
susurra
un destierro
mientras transitan
de un sueño a otro
sin saberlo.
Ululan vientos efímeros
que mi cálamo
no acierta develar
enredaderas de fieras palabras
deambulando
la mente agreste.
Hay un transhumante
rebaño, sin descanso
e inseguro redil
en un reino insostenible y material,
sin recursos
a esa llamada colectiva
flotante, en la vorágine
superficie
de nuestra Madre