Mi visión de la PNL

Hace 20 años, cuando trabajaba para una compañía que se llamaba Amena, la sala de trabajo estaba llena de cuadros que animaban a la Excelencia insistiendo mucho en ello. Había un trato excelente entre compañeros y cuando hablábamos con clientes para resolver fallos de conexión a la red, el trato también era excelente. Amena fue absorbida por el grupo Orange y esa filosofía de trabajo desapareció. En general, creo que las compañías que ofrecen internet y telefonía hace tiempo que olvidaron esa excelencia y en consecuencia dejaron de tratar bien a sus clientes, se los roban unas a otras y el foco no está en resolver sino en ganar nuevos clientes para engordar las listas de altas en el servicio.

Lo peor de todo esto es que desde hace años las personas hemos ido perdiendo valor. En el mundo laboral que conozco, el compañerismo ahora es mínimo y los clientes solo son números reflejados en papel o en una pantalla.

En fin, dejando a un lado esta anécdota sobre la Excelencia en el trabajo, se puede definir la PNL como el estudio de la Excelencia, no hacia los demás sino hacia nosotros mismos. Se trata de darnos valor, de emponderarnos. Todas las personas somos capaces de hacer cosas increíbles y lo que no nos sale bien, lo podemos analizar e intentar mejorar.

La Programación Neuro-lingüística comenzó en los años setenta con 2 jóvenes, Richard Bandler y John Grinder, que decidieron investigar qué tenían en común las personas que alcanzaban el éxito. La PNL parte de la idea de que nuestro cerebro es similar a un ordenador. A partir de los datos introducidos y el programa que tenemos, podemos procesar, almacenar y actualizar la información cada vez que es necesario. Los datos introducidos son la información sensorial que nos llega, lo que vemos, escuchamos, degustamos, sentimos... todo ello procesado y almacenado en el cerebro. Y cuando una situación se repite, la comparamos con lo que tenemos almacenado y reaccionamos según el sentido que le dimos a determinadas experiencias, nuestro programa.

Si en los primeros años de vida tuvimos una mala experiencia en el agua, por ejemplo, nos costará mucho trabajo aprender a nadar, en nuestro inconsciente habrá un aviso que no nos lo va a poner fácil. Bandler y Grinder descubrieron que a veces hay que "desaprender" y crear una nueva programación, saliendo de aquellos tópicos en los que andamos atascados.

Desde la antigüedad grandes filósofos y pensadores han defendido que no hay una realidad única, que cada persona la percibe de modo diferente según su interpretación de los hechos. Así, en función de lo que hemos vivido, sacamos nuestras conclusiones de cómo es el mundo y creamos una especie de "mapa mental" para orientarnos en la vida. La PNL propone analizar ese mapa, buscar los componentes de algunas conductas y averiguar el motivo por el que hacemos algunas cosas de forma excelente, mientras que en otras nos estrellamos una y otra vez.

La Excelencia en el conocimiento de nosotros mismos es la forma de asegurar una vida más agradable, al eliminar incertidumbre todo cambia a mejor. Deberíamos de olvidarnos de las excusas. Normalmente, las cosas pasan por alguna razón y escudarnos en la mala suerte o echar la culpa a los demás cuando sucede algo que no nos gusta, hace que tropecemos una y mil veces en la misma piedra. Si podemos analizar el porqué de nuestras limitaciones, estamos a un paso de acabar con ellas. Visto así, no nos queda otra que intentar observar lo que nos desagrada y además se repite cíclicamente y tratar de cambiar ese programa que nos perjudica.

A continuación dejo un vídeo sobre la PNL que me ha gustado mucho.