"NO HAY UN CAMINO QUE LLEVE A LA PAZ, LA PAZ ES EL CAMINO" M. GANDHI
Trátate a ti mismo de la manera que quieres que te traten, no esperes que alguien te dé lo que tú no eres capaz de darte

domingo, 19 de enero de 2025

El legado


montañas
Imagen de aszak
https://pixabay.com/photos/nature-travel-exploration-outdoors-6722031


Un día más ha amanecido despejado y muy frío. Con temperaturas bajo cero agradezco esta casa que me cobija, herencia de mi padre que asimismo la heredó de mi abuelo. Puedo ver desde la ventana un paisaje blanco, los coches son como polvorones esperando la calidez del sol para deshacerse de esa capa que los cubre y en las calles casi desiertas, algunas personas se mueven con prisa supongo que para refugiarse lo antes posible al calor de cuatro paredes en esta gélida mañana de domingo.

La montaña se ha vestido de color verde oscuro. Me mira serena, tan imperturbable como siempre haga frío o calor. Me pregunto ¿Qué sentirá a través de sus árboles y arbustos, o de sus campos con escarcha y semillas durmientes? En mis pensamientos me encuentro con una palabra, permanencia, sin duda su legado es la perpetuidad. Qué concepto más enorme, tan inacabable como esas montañas que enlazan unas con otras hasta dónde alcanza mi vista.

Y también me pregunto ¿Qué permanecerá de nosotros en este mundo que habitamos cuando nos hayamos ido? ¿Aquellos y aquello con lo que hemos tenido contacto retendrá de alguna forma nuestro legado? Probablemente habremos transmitido algo con nuestras acciones y emociones a lo largo de décadas, aunque solo sean pequeños gestos. Hace unos días, mi hija se fue al instituto sin mi beso de despedida porque no puse el despertador y cuando abrí los ojos ya se había ido. Puede que no fuera consciente de ese detalle cuando cerraba la puerta y salía a la escalera, o tal vez sí, se lo tendría que preguntar.

Tengo la suerte de que mis padres están vivos y espero que por muchos años. De los ausentes, tengo algunos recuerdos de mis abuelos paternos y atesoro muchos de mi abuela materna que se fue hace décadas pero sigue ocupando un lugar especial en mi corazón. Me hubiese gustado conocer a mi abuelo, su esposo, de él solo puedo elucubrar por lo que me han contado o escuché a veces furtivamente cuando era niña. Seguramente el tiempo que pasé con mi abuela materna, mucho, es la causa de que haya dejado una huella importante en mi. Si pudiese hablar con ella estoy segura de que me diría que le hace feliz lo lejos que he llegado, los retos que he ido superando e incluso que hoy me pare a pensar en el legado que quiero transmitir. Mis muchas equivocaciones, algunas las veo con claridad ahora pero también mis aciertos, todo lo que me ha hecho llegar hasta aquí. 

Creo que honramos a nuestros fallecidos con esa chispa de amor que brota en nosotros al recordarlos, con una punzada de dolor en ocasiones, es una separación que nos cuesta asimilar. Y creo que ellos también nos honran, al comprobar que algunas de sus mejores semillas se han asentado y de alguna forma florecen en nuestros actos.

 


8 comentarios:

  1. Cada uno sentimos el mundo de un modo diferente, Ana. Nuestra percepción está condicionada por múltiples vectores: nuestra herencia genética, nuestra cultura, los años de infancia, la relación con nuestros antepasados -padres, abuelos, tios-, la cultura adquirida, y todo esto se mezcla en un crisol con intensidad y surge una personalidad única e irrepetible. Eso es lo que quedará de nosotros, para bien o para mal. No hay dos personas iguales; se pueden aproximar, pero incluso viviendo las mismas circunstancias se construyen identidades diferentes. Esto es fascinante y es nuestra huella de nuestro paso efímero por este universo de coordenadas múltiples. Hay en la física cuántica una teoría que me atrae que es la Interpretación de los Múltiples Mundos (IMM). Según esta, en nuestra vida existen infinidad de universos paralelos. Cada decisión que tomamos y que da lugar a circunstancias distintas es un universo, como cuando tiramos los dados -cada jugada es un universo-. Pero nosotros solo tenemos conciencia de nuestra realidad en el propio universo en el que estamos y no tenemos ni idea de otros universos paralelos. Ese día en que ella me sedujo y desde entonces estamos juntos. En otros universos no se produce esa concatenación y la realidad es bien otra, pero la desconocemos.

    Tú eres buena y sentimental, amas a tus padres, a tus abuelos -los que has conocido y hasta los que no has conocido-, a tus hijos, a tus amigos. Disfruta de este universo. En otros las cosas son muy diferentes, pero no sabemos cómo son.

    Pensamos que nuestro paso por este universo es efímero pero creo que es algo distinto. Sin embargo, no soy capaz todavía de saber más.

    Un abrazo.

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    1. Es tal cual dices, nuestra percepción condiciona lo que llamamos la realidad. Así, en el mismo escenario cada persona pone su foco dónde más le llama la atención y somos tan distintos, parece que vivimos en mundos diferentes, sí. Hay cosas que heredamos y forman parte de nuestra personalidad, la imitación es la base de la que partimos, pero otras las hacemos nuestras en función de lo vivido y las reacciones que despertaron, al final lo que llamamos realidad es algo tan complejo que da qué pensar.
      Es difícil saber qué quedará de nosotros, la vida te sorprende constantemente y lo que crees hoy igual más adelante te lo tienes que replantear. Por eso pienso que hacerse preguntas es la base del conocimiento, lo que nos gusta leer o escuchar solo es el principio de lo que surgirá tras reflexionar y las posibilidades son inmensas.
      Lo que comentas de la Interpretación de los Múltiples Mundos me parece fascinante y lo voy a mirar, ya he descubierto un pdf que firma Sara Blanco Peña que tiene muy buena pinta, ya te contaré.
      Te agradezco lo de buena y sentimental. De lo segundo no tengo dudas, en cuanto a lo de la bondad o maldad cada día que pasa tengo menos claro esos conceptos, todo es tan relativo que hay casos en los que simplificar no es como aplicar una fórmula matemática demostrada.
      Sigo tu consejo de mantenerme en mi universo blandito y elástico, esto último lo añado yo ji,ji, que cuando me regalo el tiempo necesario me gusta saltar hacia otras posibilidades por el placer de experimentar. Y ya sabes mi opinión sobre el paso por este universo efímero, no es inmutable porque nada lo es pero de momento me cuadra bastante bien.

      Un abrazo muy grande Joselu!!

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  2. Me encantó leer tus reflexiones sobre el legado. Creaste un escrito entrañable.
    Permanecerá de nosotros lo que somos, nada de lo que tengamos; lo que hacemos, nada de lo que digamos. Eso espero que permanezca y' que sirva a los que vienen después de nosotros. Ojalá que todos ser mucho mejores ev por evolucionando.
    Un fuerte abrazo, Ana.

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    1. Sacar afuera los sentimientos, especialmente recordando a mi abuela, me da estabilidad y mucha paz. Y estoy de acuerdo en que la huella más profunda que podamos dejar será lo que hayamos vivido y cómo lo hemos vivido, buena parte la contagiaremos a nuestros descendientes que en algún momento nos habrán tomado como referentes.
      Ojalá como dices podamos ser mejores y evolucionar, aunque demos dos pasos hacia delante y uno hacia atrás el caso es avanzar.

      Un fuerte abrazo Sara, con sabor a anís estrellado que me encanta!!

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  3. Se entiende,
    que te preocupe,
    que clase de
    sociedad heredará
    tu hija , pero es
    mejor ni tenerlo en
    mente, las sociedades
    cambian , cada una
    a su generación.

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    1. Mas que una preocupación lo veo como una responsabilidad. Cada generación tiene sus retos pero parten de lo que han conocido, sobre todo en el ámbito familiar.
      Mi hija creara su propia realidad e intento no pensar demasiado en ese futuro, es lo más sensato porque como dices seguramente no va a tener nada que ver con lo que yo he vivido.

      Un besito Orlando!!

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  4. Las montañas seguirán allí como testigos de nuestras vidas. Un beso

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    1. Sí, esa permanencia es su particularidad. Las observamos y nos observan generación tras generación. Si nos pudiesen hablar seguro que en su ancianidad habría mucha sabiduría.

      Un beso Susana!!

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