esta imagen corresponde al reto de Ginebra del mes pasado y dio lugar a este cuento
Desde niña Estrella tenia un sueño recurrente en el que podía volar. A veces iba ras del suelo, otras por encima de los tejados e incluso sobre las montañas. Era algo extraordinario y siempre tenía lugar a primer hora de la mañana, justo en el momento en el que se encontraba entre el sueño y el despertar, por lo que podía tomar las riendas y moverse en ese escenario hacia donde quisiese a voluntad.
Nunca había hablado con nadie de ese sueño, era tan habitual desde que tenía memoria que le parecía de lo más normal. Pero un día le sucedió algo un tanto peculiar, despierta, bien despierta, cerro los ojos y echo a volar como lo hacía en sueños. Estaba mirando hacia unas montañas que veía todos los días a través de la ventana de su cuarto y cuando quiso darse cuenta estaba rodeada de árboles y prados, y podía seguir caminos serpenteantes sin notar sus pies en el suelo, por alguna razón había traspasado los límites de tener que estar dormida para viajar como si fuese un ráfaga de aire, sin apenas densidad.
Lo que comenzó como un suceso anecdótico se convirtió en algo bastante frecuente. Cuando se sentía cansada, ponía a reposar su cuerpo en una vieja silla de oficina con respaldo reclinable y tras cerrar los ojos, sentir su respiración acompasada y hasta los latidos de su corazón, en poco tiempo se volvía etérea. Soltaba todo lastre y ligera como una pluma se entregaba a un paseo nada convencional.
Los años se fueron sucediendo y los paseos aéreos eran más o menos habituales según las épocas, pero seguía sin hablar de ello con nadie. En una ocasión en la que se sentía radiante tras un viaje en el que se había elevado casi hasta las nubes, una amiga de confianza le comentó que tenía un aire distinto, se la veía especialmente feliz. Y en medio de la conversación, sobre un asunto un tanto serio por cierto, a Estrella se le ocurrió que igual era hora de contar ese secreto, si ella lo podía hacer seguramente los demás también y tal vez a su amiga le apeteciese intentarlo. Trato de encontrar en su mente las palabras que explicasen algo tan poco convencional y en ello se debatía cuando amablemente su amiga le pidió que la escuchase, se notaba demasiado que no estaba en la conversación. Bueno, en algún momento en el que hablemos de sueños se lo diré reflexionó y no volvió a pensar más en ello.
Una mañana en la que Estrella se encontraba especialmente hastiada de luchas y conflictos varios que no tenían nada que ver con ella aunque de alguna forma la salpicaban, se acomodo en la vieja silla y respirando hondo, decidió ir más lejos, hacia las nubes e incluso más allá. Ese día abrió una puerta que ya no pudo cerrar, todo el espacio quedo despejado y pudo sentir la libertad de ser una auténtica corriente de aire, carente de límite alguno en su deambular. Sintió el roce de las nubes en su cara, como una caricia, el saludo alegre del sol y hasta la conversación animada de los pájaros que aunque no la entendía, podía intuir lo que se decían unos a otros.
Comprendió a partir de ese momento que su auténtico ser salía de su cuerpo y que podía hacerlo a voluntad y en cualquier momento. Era un regalo tan maravilloso, que experimentar esos viajes en el día a día le proporcionaba mucha paz, a su alrededor todo parecía estar cada vez más convulso y notaba cada vez más la imperiosa necesidad de desconectar. Así que un día, con plena convicción, tomó la decisión de transitar ese otro camino, había estado semanas reflexionando sobre ello y finalmente lo vio claro y empezó los preparativos para ese vuelo que sin duda era el viaje de su vida.
Todas las noches hacía un repaso mental en busca de lo que pudiese quedar pendiente tras su partida, no quería darse cuenta demasiado tarde de algo que debería haber dicho o hecho y pacientemente repasaba la lista de lo que consideraba importante dejar como legado. Y al fin llego el día en el que Estrella consideró que había hecho todo lo que tenía que hacer. Era una tarde cálida de otoño, a última hora de la jornada, cuando el sol se despide y en sus últimos rayos envía su beso de buenas noches, justo en ese momento cerro los ojos y partió.
Se sentía ligera, como siempre, pero hacía tiempo que había reparado en una especie de cordón que la mantenía ligada a su ser físico y era hora de abandonar esa realidad y pasar a otra diferente, por lo que voluntariamente Estrella corto esa ligadura. Al instante, todo resplandeció ante su mirada, el sol se había puesto pero la claridad era excepcional y se sintió abrazada por una calidez que circulaba a su alrededor y a través de ella. Se elevo más que nunca hasta el punto de alejarse tanto que podía ver a su amado planeta como un astronauta, maravillada de semejante belleza. Y siguió explorando ese espacio nuevo, repleto de puntos de luz en una nada acogedora que hacía que su lugar de partida se convirtiese en un punto cada vez más lejano.
Pero qué cuento tan bonito, es delicado a la vez que imaginativo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Besos.
La idea de volar siempre me ha parecido muy inspiradora y cuando vi esa imagen la historia casi que se hizo sola. Pienso que la imaginación es una parte importante en los cuentos, por parte de quien los escribe y también de quien los lee.
EliminarGracias por tus amables palabras Noelia🌸
Un cuento con una enorme sabiduría existencial. Despegarse de lo material que nos impide ser. Me hizo recordar, la alegoría de La caverna de Platón. EStrella encontró su felicidad plena, quitándose el peso de lo material, de lo físico. UN abrazo con gran aprecio. Carlos
ResponderEliminarMe halaga mucho que veas sabiduría en el cuento. Estamos muy apegados a lo material sí, y a mi me parece que somos algo más que un cuerpo físico por lo que le encuentro sentido a la idea de despegarse de él. El mito de la caverna es el ejemplo clásico de autolimitación, algo en lo que caemos con mucha frecuencia, pero creo que podemos y es necesario quitarnos pesos, especialmente los que nos hemos colocado nosotros mismos.
EliminarUn gran abrazo, de corazón🌸
Creo que Estrella se dejó llevar por la ley de la levedad, que justo es lo que no solemos conocer pero a veces hay que intentar. Yo procuro.
ResponderEliminarQué gracia lo de la ley de la levedad ji,ji. Estoy de acuerdo con lo que dices, la gravedad nos sostiene, una maravilla, pero cuando llevamos una mochila demasiado pesada llega un momento en que no podemos ni dar dos pasos más, la levedad es clave para andar por la vida, yo también lo procuro.
EliminarBuen fin de semana Fackel🌸
No solo se trata del peso exterior, el que repercute en nuestra anatomía, ese se detecta rápido; me preocupa aún más el anímico, el emocional. Hay tanto de lo que desproveerse dentro de nuestra mente...
EliminarSomos acumuladores empedernidos Fackel, seguramente nos educaron así. Cuando aprendemos algo, lo lógico sería desentendernos de esa idea, la hayamos experimentado o no ya habrá ocasión. Pero no, a esa idea le empezamos a poner adornos, un soporte para que luzca mejor... y después de tanto trabajo, a ver quién la suelta. Acumulamos y acumulamos información en nuestra cabeza y no soltamos nada, hasta volvernos rígidos, no podemos abrirnos a nuevos conocimientos para contrastar por estar casi al borde de nuestra capacidad. Yo creo que al igual que mantenemos nuestra casa aseada y despejada, podríamos hacer lo mismo con nuestra mente, es más fácil encontrar lo que buscas en un espacio que no esté tan abarrotado.
EliminarPara mi, la mejor forma de hacer limpieza es ir a tu interior y ver con que te quedas de todo lo que has almacenado, tu verdad, y soltar el resto que para algo habrá servido pero ya está superado.
Le he dado bastantes vueltas a esto que planteas y por eso me he extendido tanto jajajajaja espero no ser demasiado cargante.
No puedo llevarte la contraria, creo que estás acertada.
EliminarUn cuento fenomenal. Y así... Una estrella más protegiendo el universo, dejando atrás las ataduras de la soledad existencial para brillar en libertad siendo parte del universo.
ResponderEliminarMuy lindo cuento amiga Ana, me recordo a los viajes astrales, el desdoblamiento del alma, un tema que me gusta mucho, abrazos
Qué bonito es lo que has escrito, formamos parte del universo pero andamos tan liados en sacar el día a día adelante, que ni reparamos en ello. Creo que los viajes astrales, desdoblamientos... no son tan anecdóticos como se suele pensar, seguramente no se habla demasiado de ello porque te tachan de loco o loca con mucha facilidad. A mi estos temas también me atraen mucho, me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn gran abrazo Jorge🌸
Pueden encadenar nuestro cuerpo pero la mente no. Bueno, la mente también, pero esto último cuesta más y seguir intentado cada día que así sea.
ResponderEliminarSe dice que el potencial de nuestra mente está casi sin explotar, supongo que no hay interés en ello por muchas razones. La imaginación, la curiosidad, el pensamiento propio... no se promocionan como los atributos de productividad, competitividad o crecimiento económico, y así nos va.
EliminarEn todo caso, podemos seguir intentando ser fieles a nosotros mismos, a lo que para nosotros tienen valor, faltaría más.
Abrazo amigo🌸
Es como una evidencia clara y hermosa de que somos aquello que queda encerrado en un cuerpo y que, cuando sentimos que podemos hacerlo, nos incita a dar ese salto para volver a ser lo que en esencia somos, y ocupar ese espacio oriundo que, de alguna manera, nos atrae con su fuerza inconmensurable.
ResponderEliminarMe ha parecido precioso y muy significativo.
Gracias por sumarte a la convocatoria con tan bonito aporte, Ana.
Como te he comentado en “Variétés”, en una semana, cuando haga las publicaciones nuevas, incluiré tu relato en el blog de autores.
Un abrazo grande 💙
Gracias a ti, me alegra que te guste, es una aportación tardía porque no lo vi antes, pero ya está solucionado.
EliminarEsa idea de poder volar y alejarte de tu cuerpo físico para luego regresar, siempre me ha provocado mucha curiosidad y en la imagen que pusiste me pareció ver esa transformación de sólido a etéreo. Pienso que nuestra esencia, como dices, va más allá del cuerpo físico. También que una parte nuestra está conectada a otras realidades pero nuestro lado material domina casi por completo a esa parte y no tenemos fácil acceso a recursos que permitan explorar ese aspecto del ser humano.
En fin, me he puesto muy metafísica, ji,ji, pero lo cierto es que lo veo así.
Un gran abrazo Ginebra🌸
Que bella historia de los viajes astrales
ResponderEliminarPaz
Isaac
Gracias, me interesa el tema y al presentarse la ocasión me lancé a escribir este cuento. Es una historia ficticia pero tiene una base real pues por muy curioso que parezca el desdoblamiento y los viajes astrales, se han dado y se seguirán dando en la historia de la humanidad. Lo vemos en las películas y nos hace gracia, pero pienso que cuando se escribe o se rueda una película, además de imaginación se requiere una información, una referencia que sirva de base.
EliminarPaz Isaac🌸
qué relato tan bonito y poético! volar siempre ha sido un deseo del ser humano.
ResponderEliminarhay ciertos sueños recurrentes que tengo, y en cada ocasión pienso "me está pasando lo mismo que en el sueño, pero esta vez de verdad!". y no, luego me despierto y resulta que lo estaba soñando una vez más. :)
sin embargo, en el caso de la protagonista del relato, parece que le ocurre de verdad. he oído alguna vez eso de desconectarte de tu propio cuerpo y verlo desde fuera, como si tu alma estuviera unida al cuerpo por un hilo. debe ser una experiencia bonita, siempre que el alma pueda regresar a su cuerpo...
besos, ana!!
Lo de los sueños repetidos es un tanto desconcertante, como lo de darnos cuenta de que estamos soñando, ese mundo onírico es un tanto misterioso y juraría que estamos aún en pañales, aunque todo se andará, espero.
ResponderEliminarQue haya un hilo que te sujeta al cuerpo cuando haces un viaje astral para mi tiene sentido. Personalmente tuve una época en la que era habitual sentir que me caía al vacío estando dormida, pensaba que eran tensiones que igual tenía y no lo sabia pero un día leí algo que me resultó más convincente. Llegué a la conclusión de que puedes salir de tu cuerpo todas las noches y no recordarlo, vuelves y no ha pasado nada, pero si cuando estas fuera tratan de despertarte o hay ruidos, vuelves a la carrera por así decirlo y con una caída en picado que sobrecoge un poco jajajajajaja.
Bueno, estoy mezclando teorías con experiencias personales, vaya batiburrillo. En este tema estoy disfrutando explayándome ji,ji.
Buen fin de semana Chema, besos!!🌸
En realidad la serenidad y paz q transmite tu cuento, mi querida Ana, creo q es más fruto de tu deseo o experiencia real, q de la propia literatura. A veces , sobre todo cuando nuestra realidad resulta demasiado opresora y pesada, creo que todos hemos deseado desaparecer y volar lejos. El subconciente fabrica lo que no se tiene en estado conciente y por eso se sueña muchas veces algo, el subconciente nos habla ahí. Volar es sinónimo de libertad, miras volar a los pájaros y parecen la personificación viviente de la felicidad. Sentir esa ingravidez, deslizarte sobre las corrientes de aire, planear sobre ellas extendiendo las alas y dejándote llevar Mmmm … debe ser delicioso. Supongo que la gente que es capaz de experimentar viajes astrales y esas cosas que suenan un poco exotéricas pero que seguro suceden, son personas cuyo subconsciente les permite materializar ese deseo y salirse del cuerpo para poder irse, puede ser que sea al mundo de lo onírico o como he leído en alguna parte que el cerebro, desconecta la corteza visual y activa el parietal izquierdo, que por lo visto es la zona donde se generan las imágenes mentales del movimiento corporal. Esto les sucede a personas con traumas cerebrales, experiencias cercanas a la muerte, drogas psicoactivas o estimulación eléctrica del cerebro para inducirlo, aunque suena muchísimo mas bonito en tu cuento. Sí te das cuenta gran parte de la música y la poesía apelan a esa necesidad de soñar del ser humano como q visualizando mentalmente nuestro objetivo podemos llegar a alcanzarlo con más facilidad ...todo son versiones de lo mismo , abandonar el cuerpo, lo físico, lo real , para salirte y q tu espíritu, tu esencia , tu alma , como quieras llamarlo se deslice como una ráfaga de viento por donde desee...tu Estrella al final se fue con sus hermanas de nombre al universo. Muy bonito Ana.
ResponderEliminarUn beso grande y que vueles a donde desees en este domingo ; )
PD
GINEBRA sieempre muestras fotografías preciosas, de lo más sugerentes para dejar irse a la imaginación, siempre que me paso, le suelto lo que me sugieren allí mismo ; )
Me alegra un montón que te haya gustado. Al escribir una historia siempre hay una parte nuestra que es inevitable que salga a relucir creo yo. En las primeras líneas no sabía como iba a acabar, solo quería recrearme en el viaje fuera del cuerpo pero según escribía, la idea de que la protagonista volviese a casa, morirse dicho de forma poética, me pareció el mejor final. He fantaseado alguna vez con esa idea de abandonarse a la quietud y al desapego y no amanecer otra jornada más, pero siempre hay algo que pesa más que esa última experiencia vital.
EliminarEsta entrada ha salido mucho más trascendente de lo que pensaba, sin duda el subconsciente va más allá de lo que pensamos ji,ji. La ciencia tiene controlado una parte de nuestro mundo onírico pero juraría que es mucho más amplio de lo que se sabe, con el tiempo se podrían desvelar algunos de los interrogantes en los que ahora nos movemos, eso espero.
Te deseo también una tarde de domingo con alas, hay días para tener los pies bien asentados en la tierra y otros para volar, no renunciemos a nada ji,ji. Besos María🌸
Ginebra es una experta en inspirarnos para que desarrollemos nuestra creatividad, algo que es muy de agradecer, sí ; )
EliminarEspectacular, hasta el punto que una se siente parte de ese viaje.Siempre digo que es un don poder transmitir en letras esas sensaciones y lo has logrado y mucho.Qué bien pudo despedirse de este planeta , ella había cumplido su ciclo vital...
ResponderEliminarGracias a esos sueños a veces buscas una salida sin grandes traumas, porqué el día a día te puede matar con tantos palos en las ruedas.
-Feliz día de San Jorge sin hay alguno en tu entorno.
Besos y un abrazuco desde este rincocito,Ana
Dicen que soy muy sentida y eso al final sale al escribir ji,ji, te agradezco que lo valores así. La protagonista personifica esa sensación de libertad que muchos desearíamos tener, ese aspirar a aprovechar todo lo que la vida nos ofrece y una vez saciados partir convencidos de que ha estado bien.
EliminarPodemos desear acabar con todo o peor aún, morir en vida, los palos en las ruedas a veces son una constante, pero pienso que cada herida nos dice algo y mejor intentar descubrirlo que de tirar la toalla.
Espero que este día de San Jorge esté siendo grato para ti y para todos los que tienen alguna conexión con esta celebración.
Muchos besos Bertha🌸
Vengo a devolverte la visita, me parece que vendré mas veces, se está bien entre tus letras. Un abrazo
ResponderEliminarGracias por acercarte y por tus gratas palabras.
EliminarUn abrazo Ester🌸
Precioso cuento! Y qué super bien contado que está, cosa que no me extraña dado lo bien que te expresas al narrar tus propias experiencias.
ResponderEliminarLa chica le cogió gusto y atravesó el umbral...
Eso es la vida un viaje maravilloso, que además continua tras la muerte, y aún más maravilloso será. Así lo trasmites..
Me ha encantado.
Un beso muy grande, Ana!
Pues si te digo la verdad era un conjunto de ideas que tenía en la cabeza y que salieron en forma de cuento con bastante facilidad. Las limitaciones que en general nos imponemos nosotros mismos son habituales y en mi experiencia, si te relajas, la perspectiva se ensancha y todo se vuelva más fácil.
EliminarLa protagonista tiene de mi que es bastante aventurera. La curiosidad le hace querer ir más lejos porque confía en si misma, ha perdonado sus errores (ignorancias) y los de los demás. Partiendo de ahí pienso que todo es posible y cualquier umbral es una opción a explorar.
Para mi la vida es lo que hacemos de ella, un valle de lágrimas o una aventura que puede ser maravillosa sí. Pienso además, que somos pura energía contenida en este cuerpo protector y aunque nos han inculcado que la muerte es nuestra enemiga yo la veo más neutra, como una meta a la que al final llegamos y si hemos disfrutado del viaje nos fastidiará, pero podemos volver a empezar si así lo deseamos.
Qué bien que te haya encantado, me alegra mucho. Un beso muy grande para ti también Maite!!🌸
Curiosamente he venido muchas veces desde mi computadora a tu blog y no he podido comentarte. Ni siquiera se abre la ventanilla. Ahora desde el móvil veo que puedo. ¡Qué bien!
ResponderEliminarSoltar el lastre emocional es lo mejor que podemos hacer. Y se puede empezar por el físico, tanto los kilos demás, cómo todos los objetos que justamos "por si....." Con respecto a tu Estrella, decirte que soy de aire, y sí, la comprendo perfectamente, soy muy voladora.Es mi elemento, por eso tengo amigas de Tierra o agua que me sostienen. Besotes, Ana.
Vaya, siento que te haya dado tantos problemas dejar el comentario, te agradezco mucho que hayas insistido, me parece todo un detalle.
EliminarTenemos tanto que soltar como dices, en buena parte del mundo hemos caído en el exceso en todos los ámbitos. Sobrecargados en general, en vez de aligerar nuestras rutinas seguimos adelante estoicamente, supongo que porque hemos normalizado esas cargas.
Yo soy agua, un elemento algo más denso que el aire, pero me gusta el viento y ese movimiento que da vida a todo lo que encuentra a su paso (viento normal). En cuanto a la idea de subirse a él, me parece fascinante.
Besos Myriam y que tengas un espléndido día por delante!!🌸
Uf, hay mucho elemento para analizar aquí, es un excelente relato que da para una buena charla entre amigos. Yo encuentro tres elementos posibles (más allá de lo que te haya motivado a vos para escribir esta historia).
ResponderEliminarEl primero, que es el que sentí al leer el relato: la humana sensación de que en cuanto al carácter de una persona no existen los límites.
El segundo: un viaje astral. Dicen que es posible abandonar el cuerpo y viajar con el alma, que un fino hilo de plata mantiene la unión con el cuerpo y es como volar y se puede recorrer el universo de esa manera.
Y finalizo por el más dramático: la muerte (tal vez no sea tan dramático morir si se parece a tu relato). Quizás sea un tipo de fantasía que tienen las personas que saben que están por dejar este mundo y el momento en el que ocurre, cortar el cordón con el propio cuerpo.
Tal vez sea todo eso junto, ya que la belleza de lo que conocemos como “arte literario” permite las mil variantes. O en una de esas haya algún elemento más que se escapa a mi razonamiento.
En cualquier caso tu relato es magnífico, atrapa y estimula al vuelo, cualquiera sea, volar debe ser maravilloso.
Siempre es un gusto venir a visitarte.
Un abrazo desde ultramar.
NN.
Gracias por ese cumplido de excelente para una buena charla.
EliminarEstoy convencida de que los limites nos lo ponemos nosotros, los humanos, siempre con la idea de escasez en mente, no disfrutamos del momento presente por estar pensando en que vamos a perder algo, en vez de relajarnos y dejar que todo transcurra a su ritmo. Padecemos cierta tendencia a forzar las cosas creo yo.
Para mi los viajes astrales son la necesidad interior de encontrar un lugar menos limitante y nacen de nuestro deseo de experimentar con plena libertad. Lo que decía antes, forzamos y somos forzados constantemente pero nuestro auténtico yo desea huir de esa tiranía.
Yo intento ver la muerte como un fenómeno más de la vida, es el último y tenemos tan poca información fiable (si la buscamos fuera de nosotros) que esa incertidumbre nos condiciona bastante. Pero pienso que si le encuentras sentido a la vida, es fácil encontrárselo a la muerte, es la última etapa y personalmente, creo que es otro camino a transitar. Creo también que reencarnamos si así lo deseamos, supongo que eso le quita mucho hierro al asunto.
A mi también me gusta visitarte, te mueves en tu blog con total libertad y eso siempre se agradece.
Un abrazo lejano sí, pero sentido, buena jornada!!🌸
Y descubrió que tenía alas...
ResponderEliminarPaz
Isaac
Pienso que todos las tenemos, lo que pasa es que de tanto estar plegadas hemos llegado a olvidarlas y vamos más bien arrastrando una bola de presidiario sin damos cuenta.
EliminarPaz y bienestar en una nueva jornada!!🌸
Ana, has escrito un cuento bien hermoso, redondo!!... Uno se siente protagonista y echa a volar ¡qué liberación poder dejar atrás todo lo que nos persigue en tierra!
ResponderEliminarGracias por compartir tan bonita historia, a mí me ha dado alas ; ))
Besos mil
Cuanto me alegro Milena, me hace feliz que pueda contagiarte ese deseo de soltar ataduras para sentirnos más libres y en paz.
EliminarQueremos controlarlo todo y a mi parece que es un gran error, sobre todo si queremos deshacernos de esa pesadez que nos impide echar a volar. A solas y en silencio, escuchando solo los latidos de nuestro corazón (no hay mejor meditación) soltamos todo lo que nos lastra, en mi opinión.
Muchos besos!!🌸
Me gusta leer la libertad de quien la aspira saludos desde Miami
ResponderEliminarmuy buena tu entrada
Me alegra que te guste, besos Mucha!!🌸
EliminarEs precioso el cuento.
ResponderEliminarMe da mucha envidia... yo me iría volando ahora mismo y es más... no sé si volvería.
Besos.
Soltar los lastres físicos y mentales con los que cargamos a diario, es un sueño al que podemos aspirar creo yo. En el fondo nuestra realidad depende de la forma en que decidimos tomarnos las cosas, y mirar un poco más para nosotros y hacernos caso es bastante liberador. No sé si llegaremos a echar a volar en vida, la tentación de no volver sería enorme ji,ji, pero despegar aunque sea un poquito lo veo posible.
EliminarDulces vuelos, si tienes ocasión, besos Toro!!🌸