Hoy me he enterado de que hasta el siglo XVIII se consideraba que el año tenia cinco estaciones: primavera, verano, estío, otoño e invierno. Los avances en astronomía (Copérnico y Galileo) hicieron que el estío desapareciese al vincular las estaciones a cuatro eventos astronómicos (dos solsticios y dos equinoccios) que es a lo que nos hemos acostumbrado en buena parte del mundo.
El caso es que en el hemisferio norte acabamos de estrenar otoño y toca acostumbrarse a la falta de horas de luz, bajada de temperaturas, lluvias ... que como en primavera afecta a nuestro humor. Este cóctel climático nos trastorna un poco, o bastante en algunos casos. Pero bueno, no todo es adversidad y de hecho a mi el otoño es una estación que me gusta, igual porque vine a la vida en un mes de otoño, también por sus colores que tienen un atractivo diferente y los que solemos pasear entre árboles apreciamos los rojizos, anaranjados y dorados que solo se ven en esta época. Además, hay que reconocer que el atardecer y el amanecer son un lujo, sobre todo al lado del mar en donde los tonos fuego y violetas en ocasiones te llevan casi a otro planeta.
Al final la naturaleza te da y te quita, solo nos queda buscar, como ella, un cierto equilibrio en los próximos meses. Nos espera más tiempo en casa pero también más chocolate con churros ji,ji, y llenaremos las horas con actividades que nada tienen que ver con las costumbres del verano, me viene a la cabeza un libro de colorear que me gusta un montón, en algunas páginas casi que me siento como una artista jajaja.
Estaba escribiendo otra etapa del camino de Santiago, bastante larga por cierto, cuando empecé a pensar en el otoño que nos viene encima por estas latitudes, y en poco tiempo ya tenía escrita una buena parrafada así que decidí publicar. Lo que comento al principio salió de una búsqueda por la red por si añadía algo más, que así fue, la desaparición del estío me pareció algo curioso.
Que el cambio de estación os sea propicio!!
Una entrada muy bonita y muy curioso lo que cuentas del estío, para mi era un término que usaba indistintamente con verano pero desconocía lo de la quinta estación y que uno se quedó con el espacio del otro. He visto tu entrada de casualidad porque pasaba a desearte un feliz inicio de semana ya que en mi lista de blogs no se actualiza y sigue apareciendo solo la anterior, parece que siguen los fallos. Mil besos
ResponderEliminarLo de blogger no acaba de resolverse aunque al final nos arreglamos, gracias por pasarte. Te deseo también una buena semana por delante. Muchos besos!!!
EliminarMuy oportuna tu entrada sobre el otoño que acaba de llegar. A mí es la estación que más me gusta, está muy acorde con mis vibraciones íntimas por la luz menguante, los colores, la sensualidad decadente. Además es el tiempo que que reinició las caminatas semanales y vamos por bosques que van cambiando de color. Es una temporada fantástica para la fotografía y para el pensamiento, así como para la literatura. Espero que mi cuaderno de otoño sea fructífero. En los últimos años ha ido unido a alguna filosofía oriental. Un abrazo, Ana.
ResponderEliminarEs una época muy especial, sí. Aquí en Asturias suele ser lluviosa y condiciona bastante las salidas a caminar pero aparecen otras cosas que le dan a los días de otoño un extra de paz. Un abrazo Joselu!!!
EliminarProfunda reflexion a veces solo necesitamos conectarnos con la naturaleza. Te mando un beso. Enamorada de las letras
ResponderEliminarQueramos o no la naturaleza manda, si nos acompasamos a sus ciclos todo va mejor creo yo. Besos!!!
Eliminarsí, lo de la antigua división del año en cinco estaciones me sonaba. en francés, verano se dice 'êté', que es una palabra emparentada con 'estío'. el acento circunflejo ^ suele ir sobre vocales que en latín (o cualquier eslabón perdido entre el latín y el francés) iban seguidas de una 's'. a mí es que las curiosidades lingüísticas me flipan. :)
ResponderEliminarel fin del verano da un poco de melancolía, pero te acostumbras. además, el comienzo de un nuevo curso siempre es ilusionante. cuando íbamos al cole, al principio siempre tomábamos los apuntes con muy buena letra y con colorines, y los estudiábamos cada día...
cuando sea tu cumple dilo, y así te felicitamos!! y lo de colorar sin salirse, la gente no sabe el mérito que tiene. ;)
besos!!
EliminarEres una caja de sorpresas Chema, concienzudo en las matemáticas pero con conocimientos de latín y gusto por las curiosidades lingüísticas, casi nada. Yo pienso (igual ya hemos tocado el tema, espero no ser pelma) que diversificar los conocimientos te da más perspectiva y mejor comprensión de todo, lo que te enriquece como persona. A mi el estío me sonaba a sinónimo de verano pero no tenía ni idea de que durante siglos fuese una de las estaciones del año, ni de su relación con la palabra francesa"êté". Por cierto, no hace mucho descubrí en "De puertas para afuera" de impersonem, el calendario republicano francés, una curiosidad sobre la que algún día escribiré una entrada.
A mi me gusta el cambio de estación, como dices es un comienzo y eso siempre aporta ilusión. Cumplo años en noviembre, el 16, no creo que haga ninguna alusión en el blog porque aunque me alegro de estar dando guerra un año más, tampoco pienso que sea un día mejor que el anterior o el siguiente y me lo tomo como un día cualquiera, sin celebraciones, soy así.
Lo de colorear me encanta, intento imitar a mi hija que tiene una forma especial e innata de combinar los colores, ya de niña solía sorprender a la familia y profesores con unos contrastes magníficos que llamaban la atención. En otoño especialmente suelo acordarme de colorear un libro que me regalaron, es algo que me relaja mucho y tiendo a ir despacio, raro es que me salga ji,ji.
Me he extendido bastante, a veces soy muy rollista.
Muchos besos!!
Nada sabía sobre que el año tenía 5 estaciones. Se agradece la desasnada... El otoño es mi estación preferida (te la cambio por esta incipiente aún fría primavera) y lo es porque amo el espíritu de lo que representa: el despojarse para permitir la renovación, el desapegarse de las hojas para que el eterno ciclo se cumpla... creo que el otoño en sí es una excelente metáfora de cómo el ser humano debiera en determinado momento comportarse...
ResponderEliminarConocés el otoño porteño, lo has vivenciado? Aquí lo tenés -por las dudas- para que lo sientas y lo veas retratado.
https://www.youtube.com/watch?v=_WIaHQwlfsw
Abrazos y más abrazos.
Parece ser que en un principio se diferenciaba entre verano (tiempo cálido) y estío (tiempo caluroso) pero lo cierto es que yo tampoco lo sabía hasta ayer. Me gusta el otoño, aunque soy muy amante de la luz por lo que no tendría inconveniente en cambiarte la estación ji,ji, la llegada de la primavera me parece un momento precioso.
EliminarPero volviendo al otoño, tiene un significado especial en ese sentido de renovación que apuntas, soltar lo que ya no necesitamos, dándole gracias amablemente y dejando espacio a lo nuevo que vendrá, que en el fluir de la vida no es bueno atascarse y siempre hay algo que mudar.
Qué hermoso el otoño porteño, chispeante y melodioso por momentos es todo un caudal de sentimientos, como la vida misma. Quien sepa bailar bien el tango ha de disfrutar muchísimo con esta pieza. Lo he escuchado también en la versión de guitarra y es igual de vital, gracias.
Te mando muchos abrazos!!!
No conocía lo de las cinco estaciones, así que gracias por el dato, está bien saberlo.
ResponderEliminarA mí el otoño no me gusta nada, me derrota y hasta la primavera no empiezo a resurgir... Entiendo a la gente que le gusta o le encanta, pero a mí no me gusta nada, yo necesito luz y calor ¿Será porque yo nací en verano? jejeje. No lo sé...
Abrazo
De nada, en los blogs te encuentras a veces con información que te sorprende, le comentaba antes a Chema que me enteré del calendario republicano por tu blog, otra de esas cosas que no son muy conocidas y que me gustó tanto que cualquier día publicaré algo sobre él.
EliminarEl otoño nos hace bajar pulsaciones y a veces cuesta aclimatarse. Yo también echo en falta esas horas de luz que perdemos, el calor no tanto, pero esa serenidad y sus colores excepcionales (en la naturaleza y especialmente el crepúsculo con el sol cada vez más bajo) te pueden hacer sentir muy bien.
Igual nacer en un mes determinado nos predispone a mirar esa estación con mejores ojos, jajajaja no lo descarto, pero pienso que todas las estaciones tienen su encanto y ese prepararse para el invierno tiene un lado místico que podemos aprovechar.
Un abrazo!!!
Hola, Ana.
ResponderEliminarNo me entusiasma el verano... bueno, exceptuando los de mi niñez, pues eran sinónimo de diversiones mil con los amigos y días interminables, pero mi devoción ahí se quedó.
Ahora, ya adulto, los vivo de otra manera, uno va cambiando con la edad; me cansa toda esa pachanga veraniega, el bullicio y el ruido estival, las aglomeraciones donde vayas, etc, uff, todo eso me aturde, me provoca sopor mental, de hecho leo más en otoño que en verano.
Y este verano ha sido especialmente duro con las larguísimas olas de calor (además mortales), la sequía y los terribles incendios forestales, joder (con perdón), estaba casi suplicando que se fuera de una vez el puñetero verano, con sus olas de calor, el ruido y el mogollón a tomar viento... por no decir otra cosa.
Incluso en tu tierra, Asturias, pude comprobar los estragos del calor sofocante en el ánimo de las gentes, estuvimos los primeros 15 días de agosto por allí, y recuerdo la conversación con una paisana tuya, Mónica, contándome como los asturianos (en general) se quejan de la lluvia en los veranos, cuando cae regularmente en un verano normal, pero viendo que no llovió nada en todo el mes de julio... se dio cuenta que, como asturiana, no sabía estar sin la lluvia tanto tiempo, que le faltaba algo... me pareció muy significativa su conversación
Ahora estamos en mi época favorita (bueno, rivalizando con la primavera), adoro estos días, aún no del todo fríos pero ya algo frescos, días que todavía no son excesivamente cortos, y todas esas sugerentes tonalidades otoñales que tan bien describes en tu bonita entrada, sobre todo con esa descripción del ocaso en el mar... qué maravilla sería leer algún buen libro de poesía frente a dicho escenario, leer un poco, cerrar el libro y contemplar ese cielo otoñal sobre el mar.
En cualquier caso, quedémonos con lo bueno que nos ofrece cada estación (incluso el verano, sí...), y considerémonos afortunados por disfrutar de los cambios estacionales; pues un otoño sin fin terminaría siendo tan soporífero como un verano ídem (bueno, algo menos, jeje).
Abrazos, Ana!
No sabes como me identifico con la parte plomiza del verano que comentas, la palabra aturdir, define exactamente mi percepción. Esa idea de "exceso" la tengo muy presente últimamente e igual por eso estoy en un momento en el que no leo libros, solo curioseo algo por la red. No es vagancia ni falta de interés, pienso que tengo muchas ideas en la cabeza que necesito llevar a término antes de seguir asimilando más, un tiempo de asentar que considero necesario. Supongo que es temporal y una vez acabe mi hibernación, retomaré feliz ese buen hábito.
EliminarLas temperaturas de este verano han sido criminales, tal cual dices. El frescor del otoño nos vendrá bien tras esas olas de calor de las que Asturias no se libró. Ahora estamos a la espera de las lluvias, más deseadas que nunca para recuperar la esencia de esta región.
El mar siempre ofrece una belleza singular pero en otoño es más intima y espectacular. Nos esperan unos meses que son una maravilla para la vista, tanto en la costa como en los valles y montañas. El cambio de estación siempre trae aires nuevos y pienso también que hay que aprovechar lo que el momento en cuestión nos ofrece, sabiendo además que es temporal, con más motivo, sí.
Te mando un gran abrazo Paco!!!
En latitudes lejanas los arboles se desnudan, mientras en otras se ponen sus mejores colores que vuelven a revivir despues del intenso frio del sur
ResponderEliminarEs la magia del contraste que hay en nuestro planeta, la vida se adormece en un hemisferio, mientras que en el otro emerge con todo su esplendor.
EliminarQué tengas una magnifica entrada a la primavera, saludos!!!
Indudablemente el equilibrio -algo muy a la carta de cada individuo- hay que buscarlo en cualquier época del año. El equilibrio pasa por una suerte de adaptación, y no solo de clima sino de usos y costumbres. Del clima ya no sabe uno qué pensar. En mi infancia nos ponían ropa de abrigo nueva el 1 de noviembre. Y estos amaneceres me encuentro seis u ocho grados. Si esto es otoño...Y los usos y costumbres también tienen sus modificaciones, y estar en casa si se tiene una actividad que haga gozar a la mente (no es la tv precisamente la más lúdica ni inteligente) no es ningún sacrificio (salvo que los vecinos martiricen) Así que mira con buenos ojos al otoño, al invierno, a la otra y a la otra, y a la que dices que existió y desapareció, aunque desconozco las delimitaciones de esas cinco estaciones, y sus características. Bien estar.
ResponderEliminarEl equilibrio como dices es una aspiración diaria pero al acabar todo el movimiento del verano se convierte en una necesidad, en mi caso particular. Lo de los seis u ocho grados me deja perpleja, han bajado mucho las temperaturas pero comenzar el otoño así me parece brutal. Tal cual anda el clima, a la naturaleza le esta costando mucho trabajo conseguir el citado equilibrio.
EliminarAunque el cambio de estación me hace estar más tiempo en casa apenas veo televisión, a veces atiendo un rato si está encendida pero es raro que capté mi atención y siempre encuentros otros entretenimientos más placenteros.
Otoño, invierno... todas las estaciones tienen algo que ofrecernos, sí, y que las nombremos o delimitemos en cuatro, cinco no tiene mayor importancia. No obstante, me resultó curioso lo de la quinta estación, un ajuste relegado al olvido como tantas otras cosas enterradas con el paso del tiempo.
Te deseo igualmente Bien estar Fackel!!!
He llegado hasta tu blog a través del blog de Fackel.
ResponderEliminarMe encanta el otoño. Sus colores me brindan tranquilidad y paz. Su temperatura entre templada y fría me gusta. El recogimiento interior lo necesito. El verano me gusta cuando es templado. Antes, en Bilbao y alrededores (donde yo vivo), el verano tenía unas temperaturas templadas. Entre 19 y 26 grados. Pero eso ya se ha terminado. Este año con las olas de calor hemos tenido casi todos los días entre 29 y 43 grados. Algo insoportable. Un verano así para mí es insufrible.
No conocía lo de las cinco estaciones. Siempre se aprende algo nuevo.
Precioso tu blog.
Un saludo desde Bilbao
Parece que todos acabamos coincidiendo en algunos lugares comunes.
EliminarPienso también que el otoño nos ayuda a recogernos, para mi esa es su magia. Nos toca ahora dejar atrás lo que ha sido importante o no tanto, y empezar a esbozar las líneas de lo nuevo que vendrá, cuando la luz regrese y nos alegre una vez más el corazón.
Tengo la impresión de que el clima se acompasa a lo estridente que está el mundo últimamente y es que probablemente todo guarda relación. Este verano no nos hemos librado del calor sofocante ni siquiera en el norte, así andamos. Lo de las cinco estaciones es curioso, sí, nos tropezamos a veces con cosas de lo más llamativas en esta red que es un mundo.
Gracias por el cumplido, un abrazo!!