Me he tropezado en internet con esta curiosa fábula:
Un buen día, un maestro hindú se cansó de escuchar las quejas de su discípulo y decidió darle una lección.
Le envió a buscar un puñado de sal. Y cuando éste regresó, le pidió que tomara un poco de sal y la echara en un vaso de agua, para luego beberla.
¿Qué tal sabe? le pregunto el maestro.
Esta salada, respondió el discípulo.
El maestro, con una sonrisa en el rostro, le pidió que le acompañara al lago. Le pidió que echara la misma cantidad de sal y que bebiera el agua. Y así lo hizo el joven.
¿A qué sabe el agua? le preguntó.
Está muy fresca.
¿Te supo a sal?
No, en absoluto.
Entonces el maestro le dijo: el dolor que hay en la vida es como la sal. La cantidad de dolor es la misma, pero el grado de amargura que probamos depende del recipiente donde vertemos la pena.
Por tanto cuando experimentes dolor, lo único que tienes que hacer es ampliar tu perspectiva de las cosas. Deja de ser un vaso de agua y conviértete en un lago.
Hola Ana, gracias por pasarte. Maravillosa reflexión, son unas enseñanza para tener en cuenta, no deja de ser una elección de vida. El cambio tiene que empezar por uno mismo.
ResponderEliminarUn abrazo de luz.
Hola, descubrí de casualidad tu blog al leer el comentario que hiciste en -Soy- de Maite. De nada, me ha gustado mucho encontrarme con tu blog. Yo también estoy convencida de que el cambio está en uno mismo, se trata de ampliar nuestra perspectiva.
EliminarEncantada de saludarte, un abrazo y besos!!
Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegro Alfred, es que lo miras con buenos ojos.
EliminarUn besito!!
Qué "salado" el maestro!!!
ResponderEliminarPues si, lo de sal le vino bien como ejemplo.
EliminarBesos Toro!!
¡Qué maravilla de fábula! Es de una profunda sabiduría. Para digerirla lentamente.
ResponderEliminarGracias por traer estas joyas.
Un abrazo! :)
Cualquier cosa que se haga lentamente suele salir bien, de fábula ja,ja. Pero bueno, lo importante es darse cuenta de que el dolor te puede hundir o te puede servir para aprender algo, según como te tomes las cosas.
EliminarBesitos Maite!!
Siempre son sabias estas fábulas, me ha encantado y, hablando de vasos, también me econtré con esta frase: Sie l vaso no está limpio cualquier cosa que echen en él se contamina.
ResponderEliminarY de paso: La mala gente tiene dos maneras de hacer daño: haciendo el mal y haciendo el bien.
Un abrazo.
Como dices el vaso si no esta limpio mal vamos, pero en fin, allá cada uno. Yo este fin de semana me lo pase de limpieza y no de la casa precisamente, tenía que sanear ideas, que de cuando en cuando está bien darle una vuelta.
EliminarMe alegra verte por aquí, besitos Pitt!!
Parece sabio, pero ojo, que mucha gente no puede ni sabe ni le dejan ampliar la perspectiva, sino todo lo contrario. Mira, tres millones de exiliados ya en Ucrania. ¿Qué diría ahí la fábula hindú?
ResponderEliminarUna gran desgracia puede hacerte cambiar de perspectiva. Tal vez la fábula hindú diría que de las noches más oscuras puede salir algo bueno, como la solidaridad o el valorar las cosas que realmente importan. No tiene porque ser así, pero es una posibilidad.
EliminarSiempre veo el vaso medio lleno, ya me conoces, besitos Fackel!!
No pretendo hacer variar opiniones propias a nadie. Pero también me gusta exponer los míos. De momento un exilio masivo proporciona miedo, incertidumbre, desconcierto y una secuela de situaciones que vete a saber. La fábula hindú, como todas la fábulas, tiene su contenido moral. Pero la moral no siempre está acorde con las circunstancias que se viven. Por supuesto, Ana, se puede mirar el vaso medio lleno o mirar a la luna, y no lo entiendas mal. Hemos estado mirando a la luna desde nuestro confort. Eso debería cuestionarnos. Un abrazo.
EliminarYo creo que no se trata de mirar a la luna, es más bien confiar un poco más en la vida, porque si vas cerrándote puertas puede llegar un momento en el que no tengas por dónde tirar. Cuestionarse es para mi, abrir todas las posibilidades elegibles y con toda la información disponible decidir lo que tiene más sentido, con independencia del vecino o de los más cercanos, que son tan soberanos de su vida como uno mismo.
Eliminarhola ana. así es, si se mantiene la misma cantidad de soluto (sal) pero aumenta la cantidad de disolvente (agua), disminuye la concentración de la disolución.
ResponderEliminarefectivamente, hay que ampliar la perspectiva. muchos de nuestros pequeños problemas, cuando pase un tiempo, qué importancia tendrán? y también es bueno estar muy ocupado. un mismo contratiempo te puede hacer comerte mucho la cabeza un día de vacaciones en el que no tienes otra cosa en qué pensar, pero te pasa desapercibido otro día en el que tienes mil cosas en mente.
besos!!
Hola!! hay que ver como le sacas el lado científico a la fábula, yo también creo que esa ley química se puede aplicar a nuestro día a día. Y además me hace gracia la conexión entre distintos campos del saber: narrativa, química y psicología, todo sobre la mesa, ji,ji.
ResponderEliminarMuchos besos Chema!!
Muy sabia la enseñanza del maestro. Y qué foto tan espectacular.
ResponderEliminarTengo algún que otro relato sobre maestros y discípulos en el blog. Particularmente uno titulado "El elefante y el discípulo que entendió mal". Hinduismo... el Brahmán como realidad última ("todo es Brahmán") y un discípulo que lo "lee" mal. Tiene su punto gracioso ya que es una reflexión sarcástica sobre los extremismos a los que puede llegar la espiritualidad, cuando nos disociamos de la realidad en la que estamos inmersos, este mundo (a pesar de todo).
Sí, es una forma muy práctica de explicar lo importante que es la perspectiva. Intentaré echarle un ojo a "El elefante y el discípulo que entendió mal" que por lo que dices suena interesante.
Eliminar