Según los psicología, no sólo aprendemos de lo que percibimos, sino que para que ese aprendizaje sea más efectivo clasificamos dicha percepción para poder evaluarla más rápidamente. Así vamos ordenando nuestro mundo por categorías o estereotipos, que simplifican la tarea de reconocimiento e interpretación de la información nueva.
Parece ser pues que prejuzgamos por instinto, y muchas veces acabamos siendo víctimas de los estereotipos que hemos creado por no haber profundizado más en el análisis inicial. En ocasiones, catalogamos a los desconocidos muy alegremente y es una lástima, ya que podemos perdernos experiencias interesantes y la oportunidad de conocer a personas que nos pueden aportar mucho sólo por dejamos llevar por ideas preconcebidas.
Tampoco los conocidos se libran de los estereotipos, y si por alguna razón nos sentimos ofendidos por un conocido cuesta pararse a pensar en el porqué esa persona ha obrado así, lo que solemos hacer es enfadarnos y de alguna manera responder al ataque. Supongo que sería más lógico preguntar la causa de su comportamiento, pero por falta de confianza no se suele hacer.
Me ha pasado en alguna ocasión que he descubierto demasiado tarde los motivos por lo que alguien provocó mi resentimiento. Y al final me he dado cuenta de que una conversación sincera hubiese bastado para evitar malentendidos e incomodidades.
Demasiadas veces las personas funcionamos así, a golpe de estereotipo, casi siempre por ignorancia. Nos creemos muy tolerantes y resulta que llegado el caso salen los prejuicios a relucir y caemos en ellos.
Dejo este link a un vídeo gracioso sobre los estereotipos.
Liberarse de estereotipos requiere un esfuerzo y esto del esfuerzo no tiene hoy demasiados seguidores. Lo fácil es el prejuicio perezoso que se fomenta desde los medios de comunicación y en las escuelas, donde ve valora lo pusilánime, la ñoñería, lo sensiblero por encima del pesamiento racional.
ResponderEliminarSaludos
Francesc Cornadó
Pues si, probablemente no somos perezosos por naturaleza, pero vivimos en un mundo en el que se fomenta lo prefabricado, precocinado, preconcebido ... y al final perdemos buena parte de nuestro potencial creador, físico y mental, es una lástima.
ResponderEliminarGracias por pasarte, un saludo.