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Autor: rkarkowski https://pixabay.com/es/users/rkarkowski-289667 |
Hace unos días leí que este año tendremos trece lunas llenas en vez de doce y ojeando curiosidades sobre los años de trece lunas acabé encontrando un antiguo calendario. Por un lado lunar, basado en las 13 vueltas que da la Luna a la Tierra en un año, pero también solar como el gregoriano pues cuenta los 365 días que tarda la Tierra en orbitar alrededor del Sol. Una rareza de los misteriosos mayas, que hicieron posiblemente el calendario que más se acerca a la perfección del Universo.
Sin intención de marear, los datos que ofrece la ciencia sobre el mecanismo universal son impactantes. La Tierra, continuamente dando vueltas sobre si misma y girando al sol en nuestra galaxia, la Vía Láctea, que también gira en torno al Sol y tiene medio billón de estrellas, muchas de ellas con su sistema planetario, asteroides, cometas… girando también a su alrededor. Y con ella, siete mil millones de galaxias más, que se mueven por el Universo en ciclos perfectos, con cientos de miles de millones de estrellas y sus respectivos sistemas planetarios y demás en lo que llamamos el Universo conocido, que es solo uno de los muchos universos que existen. Si lo piensas bien, es asombroso como todos esos cuerpos giran de forma ordenada en un baile gigantesco y perfecto ji,ji.
Pero volviendo al calendario de las 13 lunas, lo que más me ha llamado la atención de su forma de medir el tiempo es que todos los meses tienen la misma duración, 28 días, que es lo que tarda la luna en completar sus fases de creciente, llena, menguante y nueva. Esto supone cuatro semanas matemáticamente perfectas con siete días cada una, de forma que nunca un mes acabará a mitad de semana como ocurre con nuestro calendario gregoriano.
No obstante, las trece lunas o trece meses de 28 días. suman 364 jornadas, una menos de lo que tarda la Tierra en dar una vuelta completa al sol. Y para evitar el descuadre, tras el último día del año y antes de empezar el nuevo, este calendario inserta el día fuera de tiempo. Este día tan singular se considera una jornada de reflexión, como un alto en el camino para meditar sobre el comportamiento y lo aprendido en el año anterior. Se asocia a la idea de la muerte y el renacimiento, y sirve para deshacerse de lo que ya no sirve, físico y mental, permitiendo que lo nuevo vaya tomando forma.