Según los datos publicados hoy por el INE sobre las ventas del comercio al por menor, el consumo en nuestro país sigue desplomándose hasta límites alarmantes.
Y el panorama se presenta bastante mal, con la actual política económica estamos ante el pez que se muerde la cola. Cuanto más se empobrece al trabajador menos gasto hace, y como las ventas siguen bajando, muchas empresas optan por seguir exprimiendo a sus empleados, que al tener menos ingresos gastan lo mínimo. Y así nos va, las condiciones de trabajo empeoran día a día y la lista de parados sigue aumentando.

No hace falta ser economista para ver que el camino que sigue nuestro maltrecho país es la recesión profunda. No hace mucho escuché a cierto personaje decir con satisfacción que tenemos la balanza comercial a nuestro favor ¡que maravilla! exportamos más de lo que importamos. Mi opinión es bien diferente, cualquiera que tenga 2 dedos de frente sabe que el hecho de que nuestros transportistas lleven camiones llenos de mercancía a otros países y vuelvan de vacio (aparte del mal negocio que es para ellos) deja claro la situación en que nos encontramos la mayoría de los ciudadanos de este país.
Y digo la mayoría, porque los consumidores ricos no se enteran de la crisis. Ya que aunque es verdad que el sector del lujo en los últimos meses crece menos de lo esperado, no es debido a que los ricos gasten menos, sino porque se contaba con el incipiente consumo de la clase media, en vías de extinción, gracias al actual rumbo político.
Si nuestros dirigentes tuviesen más conocimientos económicos, es probable que no hubiesen pasado por alto el hecho de que no se puede hundir el consumo a base de asfixiar a los ciudadanos, porque al final los humildes curritos influimos en la economía, ya que somos muchos, y podemos hacer que ésta tire hacia adelante o se hunda en un pozo sin fondo.